domingo, 31 de marzo de 2019

Finde con cambio horario

Estrenando camiseta con buen pie.

Ya de domingo, narro este fin de semana más corto de lo normal (una hora menos).

El viernes tocaba comilona con los del trabajo (el nuevo), pues una compañera se acaba de jubilar y era la despedida. Comida pantagruélica y reencuentro con un ex-compañero de Zabalburu que como había trabajado donde estoy yo ahora, también conocía a la jubilada.

Tras la comida y la sobremesa, me fui un rato a casa y a la lonja, pero poco, que el sábado tenía que madrugar. Concretamente madrugaba para abrir la puerta al electricista y que me siguiera adecentando la casa (la mudanza ya se va acercando).

Por la tarde me voy a Max Center para ver en el cine "¿Qué te juegas?" y vuelvo dando un paseo, que hacía bueno, para tomarme algo con unos amigos y su bicheja, para ir luego a la lonja, donde socializo un poco, juego a cosas, ceno y sobre las 3 (o las 2, según se mire) me marcho a casa.

Domingo por la mañana voy a Miribilla, donde disfruto de una muy plácida y holgada victoria del Bilbao Basket, que aplasta (88-59) al Palencia y se clasifica casi matemáticamente para playoff.

De sobremesa un poco de Red Dead Redemption (nota, confundir el botón de saludar con el de disparar provoca situaciones tan caóticas como divertidas cuando te diriges a una multitud) y luego a seguir con la campaña de Warhammer.

Eso ha sido todo, pero con una hora menos. ¡Vuelven los días largos!

jueves, 28 de marzo de 2019

Presentaciones comiqueras: Ether II

El autor, presentado por Borja Crespo.

Hoy había cita con los cómics en la librería Joker, pues venía el autor gallego David Rubin a presentar la segunda parte de Ether, de la que ya hablé aquí, y en cuya anterior presentación también estuve.

Como de costumbre, Rubín ha hecho que la charla sea muy amena y que salga de ahí con ganas de leer el segundo tomo de Ether (y releer el primero), y es que rebosa energía y carisma, y sabe vender muy bien su obra, que además suele ser de primerísimo nivel.

Al acabar la exposición ha sido el turno de las firmas, y lo bueno y lo malo de David Rubín es que se toma su tiempo con cada uno. Algo que si estás de los últimos de la cola puede hacerse muuuuuy largo.

miércoles, 27 de marzo de 2019

La casa pisable

Se puede ver el antes y el después.

Siguen avanzando las labores de adecentado de casa. Hoy a las 8:30 no estaba en el trabajo sino en mi futuro domicilio, donde venían los encargados de ponerme el suelo, los rodapiés y las puertas. 

Como puede verse, no han terminado del todo, pero han pegado un buen mordisco a la casa, cuando he ido a mediodía estaba ya todo el pasillo puesto, con parte del salón y cuando he ido a la tarde ya solo faltaba el dormitorio. Lo de los rodapiés está menos avanzado, solo en el cuarto de invitados y las puertas habrán de esperar un poco, aunque es menos urgente.

En cuanto al balance de daños, dos baldosas del baño se han precipitado al vacío al quitar la jamba. Menos mal que tengo respuesto.

martes, 26 de marzo de 2019

70 Binladens

El cartel mola.

A pesar de lo que podría sugerir el título, esta película no va de terrorismo islámico, sino del atraco a un banco, para más señas un banco de Santutxu (Bilbao). Un thriller muy del género, con un par de giros de guion, protagonizado por Emma Suárez, Natalie Poza y Hugo Silva (con la colaboración de su colega del Ministerio, Nacho Fresneda).

Binladen es el nombre que coloquialmente recibían los billetes de 500€ cuando entró en vigor la moneda (hace 17 años, oigan) pues todo el mundo hablaba de ellos pero nadie sabía dónde encontrarlos, y los 70 Binladens, 35000 euros, es la cantidad que una rehén del banco, más lista que el hambre, pide a los atracadores a cambio de su colaboración y ayudarles a salir de ahí a través del pifostio policial que se monta.

A los propios atractivos de la película, que pese a alguna lagunilla está bastante bien, se le suma el aliciente de que se desarrolle en Bilbao, y lo de reconocer los sitios en los que se desarrolla.

lunes, 25 de marzo de 2019

El cubito Cubemelt

-Tiempo de entrenar abdominales
-No me puedo mover.

Hoy una de contenido robado. Unos simpatiquísimos dibujos que me he encontrado en Internet, y que me han hecho tanta gracia que siento la necesidad de compartirlos. Son obra de W p. Ven.


-Necesito más helado.
-¡Sí! ¡Más, más!

-Mi análisis de sangre está aquí.
Resultado: H2O

¿Por qué llama Cubemelt al banco? Porque todos sus activos están congelados.

-Necesito salir de mi zona de confort.

¡Feliz día de la madre!

Vacía tu mente, no tengas forma. Sé agua.


Los niños de menos de 90 cm entran gratis.

-Disfrazarse parece divertido.





-Señor Stark, no me encuentro bien... (¡sádicos!)

-Estoy malito.




Zona segura - zona calurosa -zona mortal

-Primero necesitamos agua fresca.

 El chiste es intraducible, pues mezcla "could" (podría) con "cold" (frío).

Si la vida te da limones, haz limonada.




domingo, 24 de marzo de 2019

Finde de teatro y hacer el hamster

Estrenando bigote.

Se termina ya el fin de semana, así que me voy a los clásicos. El viernes después de comer me dedico al noble arte de buscar por las tiendas de Santutxu inodoros y platos de ducha para la casa (ya que estamos cambiando cosas, miremos de todo) y por la noche me voy a la lonja, a jugar a juegos de mesa.

El sábado por la mañana lo paso entre casa y casa, midiendo el baño y llevando cosas, para luego ir al gimnasio a sudar un poco. Y por la tarde, el evento deseado, la tarde de teatro. La minipieza "Una pieza más en la maquinaria", valga la redundancia, es nuestra aportación al recital de obras de microteatro de Muzzik, pero la que de verdad nos apetecía vendría después: Angelina o el honor de un brigadier, que hacíamos por segunda vez y por primera bajo el sello Dramatis Comediae. La disfruto incluso más que la primera vez, y se me pasa en un volado.

Luego me voy a tomar unos pintxos por ahí, pero me lían y acabo en el Azzurro, donde hacía bastante que no iba y me encuentro con viejos conocidos de la universidad que no había visto también en años.

Llega el domingo y por la mañana me voy un rato a sudar en la elíptica, luego como y juego un rato al RDR2 antes de salir a dar una vuelta por Gipuzkoa (Getxo) y vuelta a casa. Mañana toca curro y muchas llamadas telefónicas.

sábado, 23 de marzo de 2019

Netflix ya existía en el siglo XIX

O "Los fans de ahora no tienen nada que ver con lo de antes".

Ya he comentado que, como suele pasar, la gente habla del fenómeno de las series y el binguöching y todo eso como si la magia de la tecnología hiciera surgir algo nuevo y completamente sin precedente de la nada. Y no es así.

En el siglo XIX las series y Netflix se llamaban folletines. Y los fans de las series se andaban con muchas menos mierdas que los de ahora. Ahora se te cae el servicio de Netflix y refunfuñas y te quejas en Twitter. Antes se caía el servicio y la gente LE PRENDíA FUEGO A CIUDADES.

Muchas más obras de las que pensamos se han publicado por entregas en forma de folletín. No sólo Dumas, que es el máximo exponente del género y con el que alcanza la máxima gloria, sino Dickens, Dostoievsky y Tolstoi.

Los Miserables de Víctor Hugo, Crimen y Castigo (hola Victòria), Madame Bovary, La Flecha Negra de Stevenson, la mayoría de novelas de Dickens, Guerra y Paz, y claro, toda la saga de los Mosqueteros, La Dama de las Camelias, miles de novelas que sólo hemos conocido en un formato de libro único se publicaron inicialmente como entregas en periódicos y revistas.

La gente se tomaba muy en serio esta mierda. Muy en serio.

Igual que la gente puede quedar con los amigos para ver el final de Juego de Tronos, la gente quedaba en sus casas a leer en voz alta cada nueva entrega del folletín al que estaban enganchados. Igual que hay gente que se ve una serie entera en un fin de semana, había gente que se iba guardando las entregas para poderlo leer todo del tirón, sin salir de casa los días que hiciera falta. Por supuesto, esta gente se arriesgaba a que les destriparan el final. En París, por ejemplo, se contabilizaron no menos de 20 duelos relacionados con spoilers del final de los Tres Mosqueteros. Sólo en París. En un caso concreto, el señor de Bézier, estaba en un café con sus amigos y escuchó al de la mesa de al lado describir con detalle la escena de la muerte de Porthos, así que ni corto ni perezoso sacó una pistola y le pegó un tiro en medio del establecimiento, porque "ningún caballero cometería semejante indignidad en un lugar público". POCA BROMA CON LOS ESPÓILERS.

La entrega de cada episodio era un acontecimiento especial, sobre todo en América. En el apogeo de la popularidad de Dumas, la demanda era tal que había navieras especializadas en transportar ejemplares de los folletines más populares. A tal punto era así que el propio Dumas a menudo bromeaba diciendo que, en todo momento, siempre hay al menos un barco con mi obra surcando el Atlántico. Y la gente no se tomaba estas mierdas a la ligera. En no pocas ocasiones se producían disturbios porque la gente se iba al puerto a recibir los barcos con los folletines, y si les parecía que no se iban a descargar lo bastante rápido o que quizá una parte no se iba a distribuir y alguien se podía quedar sin, asaltaban los barcos para llevárselos. En al menos dos ocasiones se perdió todo un cargamento de folletines debido a los disturbios, y en Boston se decidió que los barcos con las entregas llegaran de noche y en secreto para que la gente no formara tanganas. No sirvió.

La isla de Montecristo se hizo tan famosa que el botánico inglés George Watson Taylor le compró la isla al Gran Ducado de Toscana en 1852, unos 12 años después de la publicación del Conde de Montecristo. Taylor habitó en la isla junto con su mujer durante seis años, hasta 1860, y acabó logrando que se le diera el título de conde de Montecristo. Vosotros imaginaos cómo se tiene que flipar uno con un folletín para decidir que te vas a comprar una isla para poder ser el conde de Montecristo. Tras su muerte, el reino de Italia compró la isla a los herederos de Taylor, y el Emperador Vittorio Enmanuelle iba a veranear allí con frecuencia. Y a fliparse, supongo.

Ahora vemos el hype con los estrenos de las nuevas series y pensamos que estos es algo muy nuevo. Pero en realidad está todo más que inventado.

Texto original de Ramón Nogueras Pérez.

jueves, 21 de marzo de 2019

Cosechando actividades

Socios de Ábaco trabajando.

Este año podría parecer que tengo las Ómicron un poco abandonadas, y parte hay de verdad. Aunque estoy en organización, el cambio de trabajo me ha obligado a delegar muchas de las tareas que he venido haciendo, aunque no me he desvinculado del todo. 

Una de las tareas que he delegado parcialmente es el área de actividades, algo importante para las jornadas, y que básicamente consiste en recibir todas las actividades que nos mandan y hacer el tetris de horas y salas, para que todo cuadre, así como de buscar activamente que la gente traiga partidas (lo que implica ser algo pesado e insistente), y que lo haga en plazo.

Esta semana terminamos ya con el plazo de recepción, y tendremos que meternos a la tarea de confeccionar el programa de actividades. Por suerte, y a diferencia del año pasado, no será algo que me coma yo, sino que se encargará otro socio, con mi ayuda.

Lo malo, eso sí, volverá a ser tener que sacar mesas y salas de la nada durante las jornadas, como el año pasado.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Taxi a Gibraltar

Nunca debí apuntarme a Blablacar...

Comedia sencilla con elementos clásicos de road movie y caza del tesoro. Un taxista coge a un liante recién salido de prisión que le ofrece como pago por sus servicios el acceso a un tesoro del que tuvo noticia estando en la cárcel (el típico compañero de celda que te cuenta el secreto antes de morir), y el tesoro en este caso es un montón de oro oculto entre los túneles de Gibraltar. Para seguir con la fórmula, por el camino recogen a una chica que huye de su pasado y que se les unirá en sus peripecias.

No es desde luego un alarde de originalidad, y no se le puede pedir otra cosa que no sea ser un pasarratos, aderezado con lo que deduzco que son chistes de tópicos gibraltareños y donde el interés está en ver hasta dónde se va liando el embrollo y cómo se resuelve. Una película totalmente intrascendente donde la clave está en la imparable labia de Joaquín Furriel.

martes, 19 de marzo de 2019

Escape Room

¡Quiero mi pista!

Coge una actividad en auge, como son las salas de escape y las utiliza como excusa para hacer una del género "gente encerrada en sitio lleno de trampas", emulando clásicos como Cube, Saw o la tal vez no tan conocida Cazadores de Mentes, y lo hace con un resultado bastante digno, en lo que podría ser el inicio de una nueva franquicia del cine de terror.

El trailer resulta bastante honesto y nos explica bien de qué va la vaina: un grupo de gente se mete en lo que cree que es una sala de escape y una vez allí descubre con horror que es un festival de trampas mortales donde cada paso en falso puede llevar a una muerte horrible. Siguiendo los cánones del género tienen que cooperar para sobrevivir, a la vez que se enfrentan cada uno a los fantasmas de su propio pasado.

La película fluye bastante bien, los personajes consiguen caer bastante bien, siendo algo más que meros vehículos puestos ahí para activar trampas y ver cómo mueren de forma sangrienta, y las trampas, en sus salas temáticas, tienen su gracia. Es verdad que alguno de los puzzles queda muy forzado, pero en general consiguen que la película funcione. También me gusta que expliquen lo que hay detrás y por qué pasa, así como me hizo gracia cómo resuelve su propio epílogo.

No tengo muy claro si gustará a los aficionados a las salas de escape, algo que yo no soy en absoluto (hice una y meh), ya que no soy muy amigo de los puzzles, lo paradójicamente me habría salvado la vida si estuviera en la piel de los personajes, pues al de cinco minutos de estar intentando abrir el cubo que les lleva a la escape room, me habría aburrido de él, el cubo habría terminado en la papelera y yo habría seguido tranquilamente con mi vida.

lunes, 18 de marzo de 2019

El no puente

El mostrador a las 12:00.

Aunque podría haberme cogido hoy libre sin problemas, decidí venir a trabajar, y aunque no me arrepiento de ello ha habido momentos de la mañana en los que me he replanteado mi existencia.

Hoy estábamos muy pocos en la oficina, y era de prever que la afluencia de gente fuera escasa. De hecho, hoy estaba arriba, en oficina, haciendo papeleo (el volumen de papel era el de un día normal), y la mañana iba tranquila hasta que en un momento se ha desatado el caos. Media Bizkaia se ha puesto a llamar por teléfono, y ha sido un rato de colgar el teléfono y volver a sonar (con lo que me gusta la atención telefónica, oigan), pero también había horda abajo. Lo que hasta las 11 de la mañana era algo tranquilo, según me comentaban las compañeras, se ha convertido en un hervidero cuando ha empezado a llegar gente, toda de golpe, con una cola que casi me recordaba a los buenos tiempos de la RGI.

Entre los más reseñables, una mujer que no terminaba de entender por qué no podía tener el carnet de familia numerosa con solo un hijo menor de edad, o un pobre chino ciego al que le he tenido que explicar que no puede cobrar la pensión no contributiva porque todavía no lleva 5 años en España. La próxima vez que alguien os venga con eso de que los extranjeros en España cobran más ayudas, le decís que venga a explicármelo, por favor.

Tras el mostrador, otro rato en la oficina poniendo el papel al día, y entre una cosa y otra me han dado casi las 20:00. Día movido pero llevadero, sin tener que sufrir el aburrimiento.

¡Y mañana festivo!

domingo, 17 de marzo de 2019

Finde preteatral

Preparado para dirigir.

Ahora podría estar hablando del ecuador del puente, de que mañana puedo dormir hasta las tantas y descansar... pero no. No me he cogido el puente, así que hoy es un domingo normal y mañana me toca trabajar, de modo que haré la típica entrada dominical.

Empiezo el viernes, que tras trabajar me llevó a un restaurante indio a comer, el India Town, que pese a sus buenas críticas resultó ser bastante regulero. De ahí a dar una vuelta, terminando en la heladería del Casco Viejo y luego a la lonja a llevar unos libros, antes de ir a cenar a un kurdo, bastante rico en Autonomía. Parece que fue el día de la comida asiática.

El sábado por la mañana me levanté pronto y aproveché para ir al gimnasio y luego hacer unas compras. Por la tarde tocaba jornadas en la lonja, donde dirigí mi partida postapocalíptica de princesas Disney (algo muy loco), y luego jugué al Dobble versión Disney y al Trivial de Disney. ¿Se nota de qué temática eran las jornadas, verdad?

El domingo también me levanto pronto, aunque se me va la mañana en nada. Luego voy al basket, para ver una comodísima victoria (90-72) ante el colista Prat y luego a comer con la gente de Abaco al Domino´s. Tras eso, sobremesa de arreglar el mundo, empezando por la asociación y para finalizar el fin de semana, nueva sesión de la campaña de Warhammer.

viernes, 15 de marzo de 2019

Capitana Marvel

Provocando lágrimas incel desde 2019

La serie del universo cinematográfico de Marvel, en la que cada película es un capítulo, sigue con la presentación de uno de sus seres más poderosos, y nos trae además una de las sagas más emblemáticas del cómic: la guerra Kree-Skrull.

Al igual que pasara con Capitán América, la acción se desarrolla en el pasado, concretamente en los años 90, lo que sirve de excusa para jugar con la nostalgia de los espectadores, que pueden jugar a cazar las referencias culturales y musicales de la época, así como para rejuvenecer a los emblemáticos Nick Furia y Phil Coulson, quienes hacen su propia versión de Men in Black.

Sabiendo que funciona muy bien, Marvel tira por la senda del humor aventurero, muy en la línea de Guardianes de la Galaxia, haciendo una película muy divertida y rebosante de acción, a la que el carisma de Brie Larson y Samuel L. Jackson consiguen dar muchísima vida, para dar una película que coloco en la zona media alta de la liga de películas Marvel. ¡Además, tiene un gato!

En cuanto a dos de los elementos que todo espectador busca cuando va a ver una película Marvel, diré sin entrar en detalles:

-Escenas postcréditos: Hay dos, de las cuales la segunda es perfectamente prescindible.
-El cameo de Stan Lee: Productores de Marvel, cabrones, vais a hacer daño.

jueves, 14 de marzo de 2019

La frecuencia Kirlian

Radio patio.

Una extraña webserie argentina de terror, que tiene sus años pero acaban de estrenar en Netflix, que nos traslada a Kirlian, un pequeño y siniestro pueblo cercano a Buenos Aires, donde se reúnen todo tipo de horrores.

Con un estilo de animación muy raro y algo perturbador, usa la fórmula de consultorio radiofónico. Una emisora va recibiendo llamadas telefónicas, que son el banderín de enganche para narrar las historias de terror, con un estilo muy de Edgar Allan Poe.

El punto positivo es que son capítulos cortitos (10 minutos) y son pocos, porque lo cierto es que no me ha terminado de convencer demasiado. Se me hizo aburrida.

miércoles, 13 de marzo de 2019

Cold November (Nëntor i Ftohtë)

No confundir con la película homónima de Carl Jacob.

"Soy muy aficionado al cine kosovar" quedaría muy bien con unas gafas de pasta, pero la verdad es que creo que es la primera que veo. 

La acción nos traslada a la Pristina de 1992, antes de la guerra pero con la situación sociopolítica ya calentita, con la autonomía de Kosovo recién suspendida por el gobierno de Yugoslavia. Fadil es un albanokosovar que tiene que tomar una difícil decisión, que le obliga a elegir entre mostrarse leal al régimen yugoslavo y ser visto como un traidor o mostrarse leal a la causa kosovar, perdiendo así su trabajo. La película nos muestra qué les pasa a los que deciden una cosa y deciden otra, y ninguna de las dos es sencilla.

Sobre todo es una película costumbrista, pero con un costumbrismo duro, en un periodo muy oscuro de la historia reciente, y también nos cuenta algunas de las atrocidades cometidas en la guerra, que salen como telón de fondo en la película.

A título de curiosidad, la vi en versión original (a veces en albano, otras en serbio, aunque no pillaba la diferencia), y no sabía que se parecía tanto al ruso.

martes, 12 de marzo de 2019

Pinta y colorea

Ojalá fuera así de fácil.

Hoy me ha tocado ir un poco más tarde a trabajar, pues a las 8 tenía que estar en el piso, donde había quedado con el pintor. En un principio mi idea era pintar después de poner el suelo, pero para hacer las cosas más rápidas, cambiaré el orden.

Así que ahí me he reunido con el pintor, he seleccionado los colores y ahí se ha quedado raseando y luciendo paredes, que las pobres estaban hechas un asquete.

A ver qué tal queda.

lunes, 11 de marzo de 2019

Secret Hitler

¿Tenía que ser naranja?

Secret Hitler es un divertido y rápido juego semicooperativo de roles ocultos que nos traslada a la Alemania previa del ascenso al poder de Adolf Hitler (para los de la ESO, el de "¡nein, nein, nein, nein!").

Al principio del juego se reparten las cartas de lealtad: fascista o liberal (tenían unas connotaciones distintas a las actuales) en unos sobres que tienen la carta que muestra la lealtad y detrás una carta oculta, que nos dice si somos Hitler o no (solo en los fascistas).

La proporción de cartas varía en función del número de jugadores (pueden jugar entre 5 y 10) y una vez repartidas cada jugador mira su lealtad y su carta de personaje (si es Hitler o no).

Una vez hecho eso todos cierran los ojos y todos los fascistas excepto Hitler abren los ojos y se reconocen entre sí. Después, y sin abrir los ojos, Hitler hace una seña para que el resto de fascistas sepan quién es.

Hecho eso, se pasa a la ronda de política. El jugador con el cargo de presidente (al principio de la partida se determina al azar) nomina a otro jugador (el que quiera) para que sea canciller. Todos votan "sí" o "no" (realmente "ja" o "nein"), con cartas y simultáneamente.

Si la votación sale que sí, el nuevo canciller es nombrado y se procede a legislar. Si sale que no, se agota la legislatura sin éxito, luego veremos qué implica esto.

El presidente, a continuación, roba tres cartas del mazo de leyes. Estas leyes pueden ser liberales o fascistas, y le da dos al canciller. El canciller, de esas dos cartas, elige una y la juega. Después, el cargo de presidente pasa a la derecha del que ha sido presidente y se sigue jugando. Pero ojo, no se puede nominar como canciller ni al presidente ni al canciller de la legislatura anterior.

Si la votación de canciller sale que no y se agota la legislatura, el nuevo presidente propone un canciller y se vuelve a votar... y si cuatro votaciones seguidas salen que no, se roba una ley al azar y se juega.

¿Y para qué sirve jugar estas leyes?

No es difícil intuir que cada facción gana si se ponen más leyes de su cuerda, ¿verdad? Concretamente los liberales ganan si se juegan cinco cartas liberales y los fascistas ganan si se juegan seis fascistas. -"¡Eso no es justo!"-grita indignado mi cuñado. Puede, pero hay que tener en cuenta que en la baraja hay muchas más leyes fascistas que liberales.

Además, así como las leyes liberales no tienen más efecto que el de dar la victoria a los liberales, las fascistas tienen sus efectos. 

-Con la primera, el presidente puede mirar una carta de lealtad a otro jugador (pero no puede ver si es Hitler). Una vez.
-Con la segunda, el presidente no pasa la presidencia al siguiente sino al que quiera. Una vez.
-Con la tercera, el presidente mira las tres siguientes cartas de política y las devuelve al sitio. Una vez.
-Con la cuarta y la quinta el presidente debe ejecutar a otro jugador. Si el ejecutado era Hitler, ganan los liberales. Además, con cinco leyes fascistas en juego el presidente y el canciller tienen derecho a veto. El canciller, al ver las dos cartas que le pasa el presidente, propone su veto. Si el presidente está de acuerdo, ambas leyes se descartan.
-Con la sexta ganan los fascistas (Inda firmaría orgulloso esta frase).

Además de eso, si Hitler es nombrado canciller cuando ya hay tres leyes fascistas en juego, ganan los fascistas.

¡Si Hitler llega al poder, ganan los nazis!

En definitiva, Secret Hitler es un juego ligero y divertido, de psicología y faroleo, que sirve para pasar el rato echando varias partidas cuando se juntan varias personas alrededor de la mesa. Además, tiene la ventaja de ser gratuito, y se puede encontrar fácilmente en Print&Play.

domingo, 10 de marzo de 2019

Fin de semana aniversárico

Rabas: un clásico de domingo.

Bueno, pues al lío de contar el fin de semana.

El viernes fue la huelga, después de trabajar, comer y echar la siesta, me fui a Santutxu a una tienda de maderas para seguir mirando suelos, pues en el sitio al que tenía echado el ojo me dijeron que no podían empezar hasta finales de abril, de modo que era preciso un plan B. Lo que me ofrecían me gustó, a ver mañana con el presupuesto. Aproveché también para llamar al pintor, que se supone que empezará el martes. Por la noche a cenar al Enol, un delicioso lenguado a compartir con una persona muy especial, en celebración de algo que dura ya 7 años.

El sábado por la mañana no hice gran cosa (en casa dando al RDR2) y por la tarde, pronto, me fui al cine a ver Mula. Como me suele gustar hacer, volví dando un paseo (así estiro las piernas) y de ahí fui a la lonja, para jugar a diversos juegos, como Los Impostores, Secret Hitler o Homeland, basado en la serie homónima, que me entraron ganas de retomar.

El domingo por la mañana a Otxarkoaga, a hacer otro ensayo de la obra de Angelina, y al haber terminado pronto nos hemos ido a tomar unos potes. Luego a comer a casa de mi señor padre y por la tarde entre una casa y otra, adecentando un poco para cuando venga el pintor.

sábado, 9 de marzo de 2019

Mula

Terco como una...

Clint Eastwood me parece un director con un gran talento, que nos ha regalado joyas como Gran Torino, Mystic River o Million Dollar Baby. Ahora con Mula nos cuenta la historia de un hombre anciano que para sacarse un dinero empieza a trabajar transportando droga para un cártel mexicano, y cómo se va metiendo en una espiral de la que cuesta salir.

Consigue, como suele hacer, dar ese toque tan humano y entrañable en su doble faceta de actor y director, con una película que se pasa volando y que en algunos momentos llega a tocar la fibra. Un personaje con encanto al que pese a sus fallos como persona, que no son pocos, se le termina cogiendo cariño (también es verdad que el de abuelete cascarrabias y duro pero entrañable es un registro en el que Eastwood se mueve muy cómodo) y me encantaba ver las salidas que tiene y cómo va afrontando los desafíos a los que se tiene que enfrentar, y sobre todo esa decisión tan dura con la que se encuentra hacia el final de la película.

Buena factura y desde luego que no desentona nada en la filmografía del director.

viernes, 8 de marzo de 2019

Día de huelga

¡Solo ante el peligro!

8 de marzo, el tema de día está claro cuál eso, y aquí hablaré de la incidencia de la huelga y de cómo se ha vivido en mi trabajo. ¿Ha tenido segumiento? Mucho. De 8 compañeras han venido dos, y nos hemos quedado en servicios mínimos, una arriba y dos abajo, lo que durante algunos momentos ha supuesto que yo me quedaba solito, atendiendo un mostrador que generalmente se hace entre cinco personas.

Era algo que estaba hablado, y el jefe nos había dicho claramente que no nos volviéramos locos trabajáramos a nuestro ritmo normal, que es una huelga, y lógicamente hay cosas que se quedan sin hacer. Lógicamente, si además de nuestro trabajo hacemos el de las compañeras que no vienen, les estaríamos saboteando.

Afortunadamente la huelga también parecía afectar al público, y es que hoy la afluencia ha sido mucho menos que otros días (ha venido poco más de la mitad de gente que suele venir) y aunque ha habido mucho movimiento, por suerte han venido muy repartidos y salvo un rato puntual a media mañana no ha habido grandes agobios, siendo una mañana constante pero calmada.

jueves, 7 de marzo de 2019

Feedback

Radio macuto.

Cuando un locutor de radio recibe la oferta para hacer un especial de su exitoso programa con un viejo socio, todavía no sabe la que le va a caer encima cuando unos desconocidos irrumpan en su estudio y le amenacen con matarlo si no se pliega a sus pretensiones: no puede interrumpir la emisión ni delatar lo que está pasando.

Este thriller nos irá poco a poco contando las motivaciones que hay detrás del asalto, dejándonos casi hasta el final en la duda de quién es el verdadero monstruo en toda esta historia (al final queda bastante claro, eso sí), y tiene un giro de guion que se hace un poco previsible, y es que no se hace demasiado complicado deducir quién está detrás de todo. 

No es algo como para echar cohetes, siendo entretenida, pero es interesante la reflexión sobre el anonimato en las redes, la llamada posverdad, el discurso del odio como medio de manipulación de masas y el espinoso tema que motiva el asalto.

Crítica traducida para forococheros: Unga, progre y feminazi, Soros, NWO y las dos tías buenas salen todo el rato con ropa. No la veáis, unga.

miércoles, 6 de marzo de 2019

4 Latas

El cartel no le hace justicia.

El cartel y el trailer invita a pensar que esto es una comedia descacharrante, y la presencia de Arturo Valls haciendo de porrero empuja en ese línea. De hecho, me daba algo de pereza, pero al final el poder ver a Jean Renó actuando en castellano pesó más, y creo que acerté.

Afortunadamente no es el tipo comedia que cabría pensar, sino que más bien es una road movie (desert movie más bien) y un canto a la amistad y la aventura, con toques muy entrañables, que hacen de ella una película muy amable, aunque con alguna escena en la que puede escaparse la lagrimilla, aviso.

La historia va de dos viejos amigos que al recibir la noticia de que su amigo Andoni está en las últimas, como regalo de despedida van a verle a Tombuctú en su viejo coche Renault 4 L (el 4 latas del título, y que por cierto me suena que mi abuelo tenía uno), cruzando el desierto como hacían cuando eran jóvenes. Con ellos irá la hija de Andoni, y por el camino se irán encontrando gente, algunos más amistosos que otros, así como superando muchos peligros y penalidades.

En cuanto a Arturo Valls, confieso que me gusta tan poco como actor (tanto como presentador, para más señas) que era una de las cosas que más me echaba para atrás, está bastante correcto y comedido, y no intenta convertirse en el amo del show, así que punto a su favor. Aquí sí aprueba el examen.

martes, 5 de marzo de 2019

De pintores

Velázquez no estaba disponible.

Las reformas del hogar son como un dolor de muelas, y a veces uno desearía tener el botón mágico que al pulsarlo lo diera todo hecho. Pero salvo que se tenga mucho dinero dicho botón no existe, y este es un proceso por el que hay que pasar. Y tampoco es que quiera hacer las obras del Escorial, pero alguna cosilla sí que quiero hacer.

Salvado el escollo del electricista, mis dos grandes frentes son suelo y paredes. Sobre este segundo punto ya hablé de mi pelea con el papel pintado, pero como no quiero tener las paredes simulando un refugio antinuclear caducado, pues les tengo que dar color. Y dado que no tengo paciencia como para estarle dando con el rotulador, pues qué mejor que recurrir a pintores.

Hablé con un par de ellos, me dieron presupuesto y ya me he decidido por uno, que era el que mejor precio me hacía. Tendré que elegir color, pero eso es problema del futuro Jokin, y en cualquier caso algo que haré después de poner tarima, puertas y rodapiés. A ver si esto lo pongo ya en marcha esta semana.