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viernes, 15 de agosto de 2025

Uno equis dos

El cartel no podía ser más genérico.

Mezcla de thriller con comedia, esta es la historia de un grupo de amigos que se van de casa rural y pronto se ve que lo que parece tan idílico no lo es tanto. Especialmente se tuerce la cosa cuando el boleto de la quiniela que algunos de ellos han comprado empieza a acercarse a los 15 aciertos, con lo que la camaradería y el buen rollo se empiezan a desvanecer hasta alcanzar el punto de no retorno. 

Ahí es cuando se lía y la situación pasa de una tensa calma, con interesantes reflexiones sobre la soledad y las relaciones de pareja a liarse petardísima y desembocar en un caos de cagadas y tapar las cagadas. A veces de forma surrealista y casi siempre divertida. 

Nada que vaya a pasar a la historia pero me sirve para entretenerme.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Football day

La fanzone del Tottenham.

El título es en inglés, ya que el partido de fútbol que se juega hoy en Bilbao es entre dos equipos ingleses: Manchester United y Tottenham Hotspurs, que se enfrentan en la final de la UEFA Europe League, evento que me interesa tanto como la reproducción del congrio en Angola pero que al ser aquí es imposible no enterarse. Yo mientras no la jugara el equipo de Bilbao, contento, que así la turra es menor (y no digamos si la llegan a ganar).

Por la parte que me toca, no he notado la ciudad especialmente colapsada. Sí que es verdad que a mediodía y por la tarde se veían aficionados cantando borrachos, pero nada distinto a cuando hay fútbol de normal. Sí nos ha trastocado algo en el trabajo el tema traslados, pero por la parte logística de tener calles cortadas.

En cuanto al partido en sí (que se está jugando mientras escribo eso) cero intención de verlo, pero sí que me he acercado a la fanzone del Tottenham habilitada en Amezola, que me pilla al lado de casa, y gente había pero tampoco una cosa de locos. Eso sí, he debido de traerles suerte, porque ha sido ir yo y meter gol en Tottenham. Espero que no se me enfade ningún aficionado mancuniano.

domingo, 9 de febrero de 2025

Finde zaragozano

La comida del domingo.

Ya de vuelta en casa, tras una de los proverbiales encuentros zaragozanos que solemos hacer, y que nos permiten sentirnos durante un par de días como el grupo de veinteañeros que se conocieron hace ya varios lustros y no los señores mayores que somos.

El viernes tocó el autobús y al llegar a Zaragoza, novedad, checkin en el hotel. Esta vez prefería saltarme la parte del piso patera y vaya si ha sido una buena elección, pues además de permitirme dormir en una cama de verdad podía hacerlo en un sitio sin gatos, lo que me vino bien porque sí me dio algo de alergia.

Del viernes recuerdo jugar a Secret Hitler y Quartermaster General (juego de la Segunda Guerra Mundial) con Alemania, con lo que de nazis iba la cosa. Cenamos unas pìzzas, nos ponemos al día y me retiro pronto.

El sábado por la mañana jugamos una partida masiva al Heat (de fórmula 1), que no gano pero al menos rasco podio. Luego vamos a por la comida (pokés) y por la tarde nos estrellamos contra el X-com (juego cooperativo de gran dificultad).

Salgo a dar una vuelta y airearme y por la tarde-noche una de picotear mierdas y reunirnos alrededor de la consola, con juegos arcade viejunos, donde descubrimos el añejo y caótico (a la par que estresante) Pigskin y después una larga partida de La cosa, que se prolonga hasta las 2 de la mañana.

Retirada a la cama y el domingo por la mañana estamos todos cadavéricos. Un poco de consola con retrojuegos de fútbol, partida a Circo Maldito y a comer cachopo. De sobremesa hacer tiempo jugando a Skull King (me retiro sin terminar, para echar una siesta en el sofá, y aún así no quedo último) y al autobús, donde sin haberlo planeado volvemos todos a Bilbao en el mismo. Vengo encajonado, en compañía de la Switch y Xenoblade Saga. A eso de las 21:15 llegábamos a Bilbao y por fin en casa.

viernes, 11 de octubre de 2024

Lo mío con esto del fútbol


 El mundial que me aficionó.

No es ningún secreto que entre mis aficiones no está el fútbol, pero hubo un tiempo en el que sí. Seguía los resultados, veía partidos, me compraba semanalmente el Don Balón, etc.

Como hablamos de cosas de hace más de 30 años es complicado establecer una cronología detallada, pero antes voy a retroceder un poco más, a mi infancia. En ella el fútbol era inexistente, algo que estaba ahí pero a lo que no le hacía ni puñetero caso. Tanto es así que cuando en 1984 el Athletic de Bilbao ganó un título y la ciudad entró en una psicosis colectiva (como la de abril de este año), a mí me fue tan ajeno o tan irrelevante que guardo un total de cero recuerdos de aquello. El único recuerdo vago, vaguísimo, casi un Borbón, es de estar con mis padres por los bares de Santutxu, creo que el día de una final (no sé si esa u otra), que me vino alguien preguntando si quería qure ganara el Athletic o el Barcelona. Yo, que no sabía de qué me estaba hablando, respondí lo primero que me vino a la cabeza "Barcelona", y de lo que sí me acuerdo es del gesto de mis padres diciendo "corta, corta". 

Creo que eso es bastante significativo de lo que significaba para mí el fútbol. En el patio de la escuela alguna vez jugaba (de defensa, eso sí, que era muy torpe), pero tengo el recuerdo de haber empezado ya tarde, hacia el final de la EGB.

Pero entonces llega 1994 y se juntan dos factores muy importantes: el mundial de Estados Unidos y el PCfútbol. Del primero tuve noticia por un suplemento que venía con el periódico que compraba mi padre, con un estilo muy ameno y unas fichas muy vistosas. Llamó mi atención y me fui familiarizando con los jugadores. Con el segundo, pasaba horas y horas en casa de mi amigo Aitor, haciendo equipos imposibles y ganando la liga con ellos.

Me empezaba a gustar el fútbol, así que tenía que hacerme de un equipo. Al principio, por inercia, sí que animaba al Athletic, por aquello de ser de mi ciudad, pero me fui desencantando por su política de fichajes (quien la quiera, que con su pan se la coma) y me busqué otro. Me hice del Betis, que por no saber no sabía ni de qué ciudad era, pero desde siempre me había hecho gracia eso de "viva er Betis manque pierda". De lo mío con el Betis, por cierto, hablé aquí.

En los años de la universidad fui relativamente aficionado, y de hecho recuerdo que me solía tragar los partidos de la selección. En Francia 98 y en Corea 2002 quedaba con amigos para ver fútbol y todo. En ese tiempo vi como el que era mi equipo, el Betis, tuvo sus altibajos. Pude verlos subir a primera, llegar a una vibrante final, bajar a segunda, volver a subir y ganar finalmente un título, la Copa del Rey en 2005. Fue gracioso estar viendo las semifinales en un bar de Pozas, siendo el único verdiblanco entre tanto rojiblanco (y mejor aún ganar).

Pero de fondo se estaba gestando el nacimiento y auge de otro club deportivo, del que ya he hablado en alguna ocasión por aquí, el Bilbao Basket, aunque de lo mío con el baloncesto ya hablé. No fue algo instantáneo y de hecho durante unos años ambas pasiones coexistieron, hasta que el fútbol se fue diluyendo hasta la indiferencia. Y en el caso del equipo de fútbol de Bilbao esa indiferencia se fue convirtiendo con el tiempo en reachazo frontal, por culpa de la saturación.

Sí que el fútbol tuvo un leve repunte en 2010, con la cosa del mundial, y me vi todos los partidos de España. Pero aquello fue una estrella fugaz, pues ya no volví a hacerle mucho caso y hoy es el día en el que no me veo capaz de tragarme un partido.

¿Me volverá la afición por este deporte? Las probabilidades son exageradamente bajas.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Ted Lasso

 Go Richmond!

Ayer terminé una de las series que más me han gustado en mucho tiempo. Ted Lasso nos cuenta la historia de su protagonista homónimo, un entrenador de fútbol que aterriza en el Richmond, un club de medio pelo de la liga inglesa. Lasso no tiene ni idea de fútbol y así lo reconoce, pero con su calidad humana y su sentido del humor consigue hacerse con todo el mundo y convertir el vestuario en una piña.

Con una enorme dosis de buenrollismo y humor, Ted Lasso es una serie reconfortante y emotiva, con una colección de personajes entrañables, que además evolucionan a medida que avanza la serie y unas relaciones fascinantes entre ellos. Porque Ted Lasso no es una serie sobre fútbol, el fútbol está ahí pero solo es el trasfondo. Ted Lasso es una serie sobre personas, sobre dinámicas de grupo, sentimiento de pertenencia, desarraigo, compañerismo... Muy bien construida e ideal para terminar cada capítulo con el corazón calentito y un final tan bonito que no pude contener las lágrimas.

Después de ver esta serie es imposible no terminar siendo un acérrimo fan del AFC Richmond y te guste el fútbol o no (a mí no me gusta), celebrarás sus goles y sus victorias como si fuera tu equipo de toda la vida. Palabrita del niño Jokin.

Para terminar, el habitual y merecido homenaje southaparkero. 

Mae, Jeremy, Paul, Baz, Jamie Tartt, Zava, Nate 
Trent Crimm, Roy Kent, Beard, Ted Lasso, Rebecca, Keeley, Leslie 
Zoreaux, Dani Rojas, Bumbercatch, Sam Obisanya, Isaac McAdoo, Jan Maas.

domingo, 26 de mayo de 2024

Último finde de mayo

A pesar de esta mano, gané esa partida.

Tras un domingo que no ha generado nada relevante que contar, me voy al fin de semana, que tampoco es que haya sido algo reseñable. 

El viernes por la tarde fui a la lonja a probar el Wyrmspan (me pareció que era como el Wingspan, pero peor) y por la noche a recibir a un amigo que venía de Barcelona para ver a su equipo, que jugaba el sabado en Bilbao, y se quedaba en mi casa. 

El sábado fue día de mucho juego de mesa, con HEAT y The Game por la mañana, Seafall por la tarde (donde gano casi sin querer) y luego un par de partidas a Quartermaster General, una de Timeline y recoger.

De ahí mi intención era al cine, pero por el camino me encuentro con el señor crustáceo, y la charleta se prolonga casi hasta las 5 de la mañana.

Y hoy, día agusanado total, en el que mi mayor actividad ha sido jugar a Roguebook y a lo sumo salir a dar un breve paseo, por aquello de ver un poco de calle.

lunes, 15 de abril de 2024

Multiseriando: abril 2024

No es lo mismo series de televisión que televisiones en serie.

Estas entradas que hago cuando no sé de qué hablar, suelen ser bastante poco rigurosas, ya que no tienen una periodicidad fija y a veces los criterios por los que incluyo las series son un tanto arbitrarios (¿una serie que empecé a ver hace meses, pero que tengo abandonada, cuenta como que la estoy viendo?).

Pero como es mi blog y no debo explicaciones a nadie, ahí van las que se puede decir que estoy viendo.

-Ted Lasso: Una simpatiquísima serie, sobre un entrenador de fútbol yanki en la Premier League, que no tiene ni idea de fútbol, pero sí de relaciones humanas. Una serie buenrollista a más no poder.

-Ozark: Solo he visto un par de capítulos, pero la tenía en el punto de mira desde hacía tiempo. Un experto en blanquear dinero para la mafia se tiene que ir a las montañas perdidas en mitad de la América profunda con su familia, entre otras cosas para que no lo mate la mafia.

-X-men 97: La serie de Marvel del momento. Con la estética de la serie noventera, pero de momento con una historia mucho más profunda, y material para hacer algo grande.

-Riverdale: Mi serie de ver en el gimnasio. Ya está llegando a unos niveles de delirio que hacen que me plantee si debería seguir viéndola... sobrio.

Estas son, diría yo, las que puedo decir que estoy siguiendo. Pero esto, ya se sabe, muta, pues lo mismo me pego una tripada, que me empiezo una serie nueva o hago como hoy, que me ha dado por volverme a ver el primer capítulo de The Shield.

Pero esa es la magia de las series, que son algo para disfutar, no deberes.

sábado, 6 de abril de 2024

Escapada a Varsovia

Esa es la única bandera rojiblanca que espero ver este fin de semana.

Esta vez lo de escaparme no es tan metáfora, ya que este fin de semana es uno en el que no me apetece estar en Bilbao. Un equipo local de fútbol va a jugar una final, y sus aficionados, que aquí son legión, llevan toda la semana dando la tabarra con ello. Quien me conozca ya sabe lo que opino de dicho equipo y todo lo que le rodea, así que me ahorro las explicaciones.

Cuando vi que se clasificaban (en Bilbao es literalmente imposible no enterarse) busqué vuelos baratos para este fin de semana, y apareció uno muy bien de precio a la capital polaca, así que me lancé. ¿Y qué hay en Varsovia? Ni idea, ya lo descubriré allí, pero desde luego sé lo que no me voy a encontrar.

Seré feliz si soy capaz de irme hoy a la cama sin saber siquiera cómo ha terminado el partido de marras.

lunes, 1 de enero de 2024

El peor equipo del mundo

Inserte chiste sobre su club profesional favorito.

En abril de 2001, la selección de fútbol del microestado Samoa Americana (50.000 habitantes aproxdimadamente) hacía historia al llevarse 31 goles en contra en un partido contra Australia, siendo esta la mayor paliza de la historia del fútbol internacional. Samoa Americana estuvo muchísimos años como selección con el peor coeficiente FIFA, hasta que llegó el neerlandés Thomas Rongen al cargo de seleccionador, y entonces cambió todo.

La película nos narra precisamente la llegada de Rongen a la isla, y aunque nos cuenta una historia real, se amolda bastante bien a la típica película de equipo de perdedores que con tesón y esfuerzo, consiguen hacerse grandes, así como el choque cultural y personal, de un entrenador que no quiere estar ahí y odia a sus jugadores, pero acaba siendo uno más de la familia. Todo muy formuláico, sin duda, pero funciona, ya que la película deja claro qué es lo que nos va a ofrecer y cumple, dejando que salgamos del cine con una sonrisa en los labios y nos emocionemos en las escenas del partido clave.

Me chirría un poco el personaje del cura, interpretado por el propio director Taika Waititi, pero afortunadamente no sale tanto como para llegar a lastrar.

En esencia, una película que va a tiro fijo, tiene claro lo que tiene que hacer y sin inventar, ni pretender inventar nada nuevo, funciona correctamente.

martes, 23 de noviembre de 2021

Way Down

En algunos países estrenada como "The Vault".

Un atraco perfecto, orquestado por mentes maestras, al edificio más seguro del mundo y que además está en Madrid, rodeado de un circo mediático, en este caso porque coincide con la final del mundial de fútbol de 2010 y el edificio está rodeado de gente viendo el partido en las pantallas gigantes. Con esos antecedentes es difícil no acordarse de La casa de papel, pero en realidad es un planteamiento muy distinto. Tienen en común que pertenecen ambas al género de las heist movies (o sea, películas de atracos), pero dentro de las similitudes propias del género no guardan especial parecido entre sí.

Tenía mis recelos hacia esta película, pues pese a que es de director español, está ambientada en Madrid y tiene unos cuántos actores españoles, no pude verla en VO, y temía que el doblaje me chirriara demasiado, pues cuando los actores se doblan a sí mismos el resultado no suele ser bueno. Por suerte, como pude comprobar después, duranta gran parte de la película hablan en español en el original, de modo que el audio es el mismo que si fuera VO, así que por ese lado bien.

Volviendo a la película, sobre la historia poco que contar: cuando unos rescatadores del tesoro encuentran un tesoro hundido y lo pierden en un pleito contra el Gobierno de España, en una trama que me recordó mucho a El tesoro del Cisne Negro (Paco Roca), deciden que no están contentos con el fallo judicial y recurren a los servicios de Thom, un brillante ingeniero, para penetrar en la sala del tesoro más impenetrable, reuniendo para ello a un grupo de superexpertos. Y todo eso coincidiendo con la gran hipnosis colectiva que provoca el partido más importante de la historia del fútbol español, lo que en este país tiene tintes de gran ceremonia religiosa. 

El resultado es el esperado, con una película divertida, escenas poderosas y repletas de tensión, hacia un final climático que, como era de esperar, coincide con el celebérrimo gol de Iniesta, pero que si se rasca un poco se derrumba en un mar de sinsentidos y preguntas que jamás encontarán respuesta (Tosar mola, pero lo de que pueda mover él solito 500 kilos de nitrógeno líquido me parece un poco exagerado, que tan de Bilbao no es). Pero eso también va con el género, y como esto va de divertirse y eso la película lo consigue, pues yo contento con ella.

viernes, 5 de noviembre de 2021

El sustituto

Pasan cosas, cosas nazis.

A principios de 1982, con la España de la transición pendiente del mundial de fútbol, Andrés es dstinado a una comisaría de Denia, un pueblo en apariencia más tranquilo que la capital, de donde viene, para reemplazar a un agente fallecido. Ahí conocerá, además de a "Colombo" (su nuevo compañero de patrulla) a una colonia de inmigrantes alemanes (aquí el propio cartel de la película nos da una pista de por dónde van los tiros). Investigando las causas del fallecimiento de su antecesor, contra la orden expresa de su superior, que insiste en mantener el caso cerrado, se irá metiendo cada vez más y más en un berenjenal que pondrá en jaque su vida personal y la profesional. 

El resultado es un thriller bastante interesante en el que a pesar de que las supuestas sorpresas se ven venir a la legua, consigue atraer la atención y es también apreciable la recreación que se hace de la España de los 80, aunque algunos de los personajes me resultaban a veces un tanto exagerados, casi una cariatura de Martínez el Facha.

Tirón de orejas también para la escena climática de la película, que está muy bien, pero que tiene una cosa que chirría demasiado, y es que empieza con el inicio de la final del mundial y se resuelve, a tenor de las imágenes del partido, 69 minutos después, cuando ni de coña daría tiempo para todo eso. Puede parecer que estoy siendo picajoso, pero en realidad no es tan baladí, pues esa escena en concreto juega claramente a trazar el paralelismo entre el gol que recibe Alemania en la final con el "gol" que recibe uno de los personajes.

Pero obviando ese detalle, que es digno de un sonoro carraspeo, la película bien. 

miércoles, 2 de junio de 2021

¿Volveremos este año a Miribilla?

La noticia es sobre fútbol, pero creo que puede aplicarse.

El 8 de marzo de 2020 vi mi último partido de baloncesto en directo. Con la euforia de la holgada victoria ante Obradoiro no podía imaginar que meses más tarde estaría escribiendo esto, y es que aunque sé que Bilbao Basket jugará en ACB la temporada 2021-2022, no sé cuándo podré ir al pabellón. 

Lo que está claro es que lo que pase irá al remolque del fútbol, y aunque no es lo mismo, ya que una es al aire libre y otra en interiores, las cantidades de gente son mucho mayores en el caso futbolístico. Lo que está claro es que si en la jornada 1 de la liga de fútbol los estadios están vacíos, me haré a la idea de que en baloncesto lo mismo, pero si ese día hay gente en los campos viendo el partido, habrá esperanza de que en octubre podamos volver a ver la pelota botando.

domingo, 4 de abril de 2021

Un poco de alivio futbolero

 Lamentables imágenes las de ayer.

A estas alturas de la película no tiene sentido ocultar lo que opino del equipo de fútbol de Bilbao, y no es una sorpresa de nadie que me alegré cuando descubrí (me lo dijo mi madre por Whatsapp) que habían perdido. 

Pero esta vez, además de animadversión deportiva tenía otro motivo para alegrarme por la derrota, y es que una victoria del Athletic habría supuesto más aglomeraciones como las que se ven, lo que en tiempos de pandemia es cuando menos demencial. Así que suspiro por partida doble; para no tener que aguantar el coñazo fubtolero con un equipo que odio y me saturan y para que no haya más aglomeraciones.

Lo malo es que esto es momentáneo, pues dentro de dos semanas juegan otra, y si no se toman medidas, lo de ayer se repetirá. Espero sinceramente que no se repita lo de la tarde, como espero que tampoco ganen.

jueves, 21 de enero de 2021

Se cierra Bilbao

El muro de Berlín, que no deja de ser un barrio de Bilbao.

Esta semana no gano para disgustos. A los malos resultados tanto en baloncesto como en fútbol se une el no por esperado menos temible cierre perimetral, al superar Bilbao la fatídica cifra de 500 contagios por 100.000 habitantes (o sea, una de cada 200 personas), que viene acompañada además del correspondiente cierre de bares.

Lo que me escama es que aunque se supone que esto entra en vigor a partir de mañana, no he sido capaz de encontrar la disposición oficial que así lo indica, solo en prensa, de modo que, o soy muy torpe buscando, o estos fenómenos de Gobierno Vasco son capaces de publicarlo en el boletín a las 23:59.

Y claro, al no haberse publicado, pues no sabemos cosillas sin importancia, como hasta cuándo va a durar. Pero ni coronacosa ni baloncesto ni fútbol tienen pinta de ir a mejor en un corto plazo. 

En fin...

martes, 28 de abril de 2020

D.E.P. Michael Robinson

Horas y horas ahí.

No me gusta el fútbol, de sobra es conocido por quien me conozca, y de niño tampoco me gustaba nada. De hecho, con 15 años era incapaz de decir el nombre de 3 futbolistas de primera división. Pero hubo una época en la que esto no fue así, y durante unos años me aficioné bastante, me daba por leer prensa especializada, veía partidos y me sabía las plantillas de prácticamente todos los equipos de primera y segunda división, más unos cuántos europeos. Naturalmente, tampoco faltaba a la cita semanal con el programa El día después, y parte de ello la tiene este señor que tristemente nos ha dejado hoy: Michael Robinson, quien con cuyo semblante siempre sonriente y afable era la cara visible del Pcfútbol, uno de los videojuegos a los que, sumando todas sus versiones, más horas habré dedicado. 

Era un juego perfecto, para jugar solo o con amigos. Ahí se iban las tardes, haciendo fichajes milmillonarios y subiendo a primera división equipos de 2ª B. ¿Cómo olvidar aquel pentacampeonato europeo con el Realejos? Recuerdo también que, como mi padre no me dejaba instalar juegos en el ordenador, cada vez que quería jugar tenía que instalarlo a escondidas, jugar, guardar la partida en un diskette y volver a desinstalarlo antes de que volviera. 

Esas horas de diversión se las debo en parte a Michael.

domingo, 16 de febrero de 2020

Fin de semana deportivo

Un tiempo perfecto para jugar a Bloodbowl.

Llega el domingo, llega el resumen del fin de semana. El viernes una de jugos de mesa, con juegos ligeros como Los autos locos y King of Tokio, para luego tener cena grupal en casa del amigo Víctor. Picoteo y película, donde sufrimos la terrible The Void, que nos da más risa que susto.

El sábado por la mañana, después de terminar de ver la segunda temporada de Sex Education, ¿qué mejor forma de celebrar que se estaba jugando la Copa de baloncesto que con una pachanga. De la pachanga hablé ayer, de las agujetas hablaban hoy mis piernas.

Por la tarde algo de siesta, intento ver la premiada Dolor y Gloria... que termino por abandonar a los 45 minutos (lo siento, no pude con ella)  y tras la siesta voy al cine a pasar el rato con Hasta que la boda nos separe (comedia simplona pero eficaz) y luego a la lonja, donde gano una partida de Terraforming Mars, cenamos y tras un ratillo de lonja opto por huir valientemente.

Domingo por la mañana una de ensayo teatral, con el ensayo general de Angelina (que representamos dentro de una semana) y luego voy al polideportivo del Fango, donde se medían los Bilbao Akerrak y los Valladolid Penguins en un partido de fútbol americano del que no me estaba enterando de nada, pero he ido a ver al amigo Sito, de Valladolid, que jugaba con los Penguins.

De sobremesa unos capítulos de Bojack Horseman (esa serie funciona mejor cuando se ven varios de una tacada, sospecho) y merendola en casa de una amiga, con motivo de su cumpleaños. 

Y eso ha sido más o menos todo.

jueves, 25 de julio de 2019

La piscina de San Mamés

Esta no, la de abajo.

Hoy he ido a un sitio que rara vez suelo frecuentar: el estadio de San Mamés. Pero no he ido a ver fútbol, ni mucho menos a jugarlo, sino a probar el nuevo polideportivo municipal que han inaugurado creo que esta semana, y más concretamente las piscinas (que con este calor apetece mucho).

La ida ha sido un poco odisea, pues no sabía dónde estaba la entrada y en respeto a la ley de Murphy me he metido por donde no era, así que he acabado rodeando el estadio bajo el sol. 

Cuando por fin lo he encontrado, he ido a los vestuarios y luego he dado un poco de vuelta para encontrar el acceso a las piscinas (spoiler: lo tenía delante de las narices) y por fin he ido a la zona líquida. Daba gusto, verlo todo tan nuevecito y reluciente, sin estar además demasiado petado de gente, y lo que es mejor: con chorro de agua. Ahí he estado un rato agradable mojándome cual arenque.

Supongo que iré más veces, pero tiene su guasa que lo abran justo ahora que estoy a punto de cambiarme de casa y la que vaya a dejar está más o menos al lado de San Mamés. Pero bueno, más lejos están  SanInazio y El Fango, y a esas suelo ir dando un paseo.

viernes, 21 de diciembre de 2018

elEconomista.es (2)

Algunos ni eso.

Sigo con la colección de noticias de esta web, que con tanto tino selecciona las fotos, y de la que ya puse una muestra en esta otra entrada


Abrieron un yogur y les salió un máster.

Es donde pasan los mejores porros.

A nosotras nos da igual. Aunque pillen a papá pirateando, no le pueden multar.

Señor, no le vuelvo a insistir, no le voy a comprar ninguna suscripción a nada.

Allí solo habría llegado a 999998 años.

¡Viva el vino!

¡Como no me dejes votar, te muerdo!

¡No puedo correr tanto!

¿Para cada uno?

Esto se lo tengo que contar a Cachuli.

¿Canadá, eso está encima o debajo de Murcia?

Homey Symszonyak

Con su padre encarcelado y nietos de inmigrantes, ¿qué futuro les puedo dar a mis niños?

jueves, 13 de diciembre de 2018

La Caja X-1-X

Dentro podría haber una consola.

Ayer fui mi propio Olentzero y decidí materializar una compra que llevaba tiempo estudiando: una Xbox One X, cuya finalidad principal será poder jugar a Red Dead Redemption 2, de próxima adquisición (a ver qué tal se portan los reyes magos). Estudié varias opciones y dudé mucho entre Xbox One o PS4, así como dudé si irme a lo barato o tirarme a la gama alta.

Me decidí por lo segundo, pues ya metidos en gastos mejor ir a lo bueno, pero seguía debatiéndome entre Xbox One y PS4, pues ambas tenían elementos a su favor. Por ejemplo de la de Sony me llamaba su cartel de exclusivos.

Sin embargo, la retrocompatibilidad y poder reutilizar los juegos que ya tengo de Xbox 360, así como un mando con el que ya estoy familiarizado, hicieron que Microsoft se llevara el gato al agua. 

En cuanto a juegos, me la compré pelada, ya que no me llamaba ninguno de los que incluía en pack (sobre todo juegos de coches, que no me gustan, o shooters, que ya tengo en el ordenador), así que me cogí el FIFA 18 de segunda mano por 10 euritos, y aunque no soy nada futbolero, me sirve para rememorar los tiempos en los que sí lo era.

Sin embargo, no es lo más importante que me compraré esta semana...

lunes, 18 de junio de 2018

Memorias de un ex-demandante de empleo [XXVI]

El patio donde jugábamos y entrenábamos.

Aprovechando que con el tema del mundial está de moda esto del balompié (como si no lo estuviera todo el año), ha venido a mi cabeza el periodo durante el que fui entrenador de futbito.

El entrenador

Era el año 2000 (¡el futuro ya había llegado!) y un amigo me contó que estaba entrenando a un equipo de instituto, concretamente el de categoría cadete femenino (14-15 años) y que necesitaba alguien que le ayudara, pues a veces tenía que trabajar y no siempre podía ir a los entrenamientos ni los partidos. Y como soy alguien a quien no suele ser muy difícil convencer, accedí.

Me tocó aprender a marchas forzadas el reglamento, ya que una de mis funciones acababa siendo arbitrar los partidos de casa (cosa que me horrorizaba), pero por suerte la parte táctica y técnica no era demasiado compleja. Al final era prácticamente "salid, jugad y no os lesionéis ni lesionéis a nadie" y repartir más o menos los minutos para que todas pudieran jugar (a menos que pasaran del tema, que había alguna más pendiente de charlar con la banda que del balón).

Estuve entrenando dos años, de los cuales el primero fue una experiencia muy bonita, ya que las chicas se lo tomaban en serio y los resultados solían ser positivos, lo que sin ser lo más importante, siempre era de agradecer. Llegaron incluso a clasificarse para playoff, y siempre recordaré esa emocionante tanda de penalties en la que consiguieron el 7º puesto. Recuerdo que ninguna se atrevía a tirar el tiro decisivo, y les decía "a ver, lo tiraría yo, pero creo que el árbitro no me va a dejar".(Y mejor, que con lo zoquete que soy, seguro que yo sí lo hubiera fallado).

El segundo año lo recuerdo peor. Empezaban a pasar de los entrenamientos, y no había manera de que se tomaran las cosas en serio. Tengo el recuerdo especialmente malo de un día que después de pegarme el paseíto para ir hasta el instituto, no se molestó en venir nadie y me tiré toda la tarde esperando como un tonto... para más señas el día de mi cumpleaños. Esa temporada casi ni recuerdo cómo terminó, pero sí que hubo muchas bajas a mitad de temporada, y partidos que no se llegaron a jugar por no tener el número mínimo de jugadoras.

Sin embargo, pese a esa segunda temporada, el balance de los dos años lo doy por positivo, ya que fue una vivencia interesante y otra manera de ver este deporte. Lo que sí recuerdo con horror eran los madrugones y palizones de tenerme que levantar a horas intempestivas los sábados para ir a jugar a los pueblos más recónditos de Bizkaia, muchas veces (qué narices, siempre) habiendo salido hasta las mil y monas el viernes, y volviendo a casa con una borrachera de campeonato.

A veces me pregunto qué habrá sido de las jugadoras y si se acordarán de mí.