miércoles, 13 de septiembre de 2023

El silencio

Cuando no tiene que hablar no parece tan mal actor.

Que nadie se lleve a engaño, esta miniserie no pasa de ser un thiller chapajero que solo sirve de pasarratos, con una trama endeble y actuaciones más que mejorables, pero tiene una cosa a su favor, y es que sale Bilbao. 

Pero no solo sale Bilbao, sino que además dos de las localizaciones más importantes de la serie son dos sitios que para mí tienen un significado especial. Por una parte, la casa del protagonista estaría en el edificio donde está el Colegio de Abogados de Bizkaia, sitio donde hice el master, me colegié y reuní con algún cliente, y por otra parte la casa de otro de los personajes está en la calle Nicolás Alkorta, justo en el portal adyacente a la que durante más de 11 años fue mi oficina. Así que representa lugares que han sido importantes en mi desarrollo profesional.

De la serie me gusta que, con excepciones puntuales, es bastante respetuosa con la geografía bilbaína, en cuanto a que no cae en el clásico "cruzo una esquina y estoy en la otra punta de la ciudad", Así, cuando estaban cerca de casa del protagonista, uno puede reconocer Ercilla, Mazarredo, Berastegi... y cuando es el barrio de la otra, cerca de Nicolás Alkorta está la estación de tren de Zabalburu, Zabala, etc.  que es la típica cosa en la que uno solo se fija cuando conoce la ciudad, pero es un detalle que se agradece, oigan. 

En cuanto a la serie, ¿de qué va? Sergio (Arón Piper) es un adolescente que mata a sus padres tirándolos por la ventana y cuando, unos años más tarde, sale del centro de menores, le montan una especie de show de Truman para investigarlo, todo ello supervisado por la psiquiatra Ana Dussuel (Almudena Amor, que cuenta con el dudoso honor de ser la persona que peor actúa en una serie en la que sale Arón Piper), que se irá viendo que está como las maracas de Machín. Por ahí aparecerán una amiga/admriadora de Sergio, el novio de esta y un terapeuta encargado de tratar a Sergio, que resultará ser el líder de una secta (nadie me sacará de que Ramiro Blas interpreta al mismo personaje que en Vis a Vis, quien después de dejar la cárcel se montó el chiringuito en Getxo). También será importante, y uno de los mcguffins de la trama, saber qué pasó con la hermana pequeña de Sergio.

La serie, que solo tiene seis capítulos, no vale gran cosa (si acaso Cristina Kovani y Manu Ríos, que alegran la vista), cuyo único aliciente fue que estaba ambientada en Bilbao. Y bueno, como expuse arriba, esa parte bien.

Pero me queda una duda, que la gente de Bilbao puede que me responda. ¿Si vivía en Uribitarte, por qué para ir a su casa se bajó en San Mamés? Una pregunta que probablemente jamás obtendrá respuesta.

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