Ayer fue la primera vez que fui al trabajo en coche. Había ido anteriormente en coche a Vitoria, pero en mi otro coche y por razones de ocio, y normalmente suelo preferir ir en autobús, ya que me sale más barato que el coche y puedo ir dormido, pero ayer tenía que estar en Bilbao a las 11:30, para hacerme la revisión de los ojos, y no tenía otra forma de llegar a Bilbao a esa hora saliendo de Vitoria a las 10:30, así que opté por hacer uso de mi Jokinmóvil.
La autopista Bilbao-Vitoria es una maravilla, con grandes rectas, bien asfaltada y sin un tráfico excesivo, y además una de las cosas que tiene mi coche es que prácticamente se conduce solo, pero cuando las inclemencias del tiempo se juntan es un asco. En primer lugar, a esa hora todavía no había amanecido, y la conducción nocturna no es una cosa que me entusiasme, pero peor era la incesante y torrencial lluvia, que fue acompañada por una brutal niebla en el puerto de Altube, que impedía literalmente ver más allá de 2 metros, y lo más divertido, que hacía imposible leer los carteles, que se convertían en difusos pegotes azules y que casi me hacen acabar en Burgos, y hubo algún momento en el que por la niebla no veía nada.
Milagrosamente, llegué sin perderme, puntual y fui capaz de encontrar Lakua a la primera (siendo la primera vez que voy a Vitoria en coche y no me pierdo callejeando) así como fui capaz de salir de la ciudad sin problemas y a la vuelta, aunque la lluvia era atroz, al ser de día la cosa se hizo más soportable.
Pero vamos, que salvo casos de necesidad, como lo era ayer, y habiendo autobús, va a coger el coche para bajar a Vitoria su tía.
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