Disfrutandpo de la hospitalidad Dimitrescu.
Quejarme y ver las estrellas cada vez que me sentaba y levantaba ha sido mi actividad principal este fin de semana, aunque eso no me ha impedido hacer otras cosas, y de ellas voy a hablar hoy aquí.
El viernes, después de ver el capítulo de Loki y echar la siesta (una cosa ayuda a la otra) logro hacer acopio de fuerzas y levantarme, para ir a la lonja y echar la partida de Aquelarre. Luego, como lo de hacer noche sentado en la silla de la lonja no me seduce, me levanto entre terribles sufrimientos y ya que estoy de pie, aprovecho para dar una vuelta por ahí con mi señora novia, antes de retirarnos a casa, esparcir mis restos en el sofá y ver un rato la tele.
El sábado por la mañana, momento álgido de las agujetas, lo dedico a jugar a Resident Evil Village, y saco algo de energía para hacer un pintxopote (pero en barra, que lo de sentarme y levantarme mal). Por la tarde nos vamos a Etxebarri, para celebrar el cumpleaños de mi señora con unos amigos, y de vuelta en Bilbao nos cenamos unos tacos tan y volvemos andando tan a gusto (lo que no implicara levantarme y sentarme, bien).
Domingo por la mañana, y con las agujetas ya bastante menos agresivas, quedamos en casa del señor Iván, para echar una partida al juego de mesa HEAT (de carreras de coches), y de la que bajo algo de pintxopote con los hermanos Alonso. Como, doy algo de caña al Resident Evil y tiro para Miribilla, donde disfrutosufro del parrido, que bien porque ha sido emocionante (con prórroga y todo) y mal porque ha tocado perder (93-94 contra el Tenerife). Luego he aprovechado para darme un largo paseo y por fin de retirada en casa.
Ahora a espatarrarme al sofá, a seguir pegando tiros en la Rumanía ficticia de Capcom.
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