William Yorick, mi personaje actual.
Arkham Horror (de cartas) es un juego que compré y probé hace ya unos añitos, y aunque me gustaron sus mecánicas, se me quedaba un poco cojo en cuanto a su rejugabilidad, así que ahí lo aparqué. Pero a principios de curso a un amigo le dio el arrebato de hacerse con todas las cartas (que no son pocas) y tratar de jugarnos todas sus campañas, para lo que establecimos como día los martes (aunque entre pitos y flautas, llevamos ya unos cuántos sin poder quedar).
Jugamos, y superamos con éxito, la primera campaña, la de la caja básica que yo ya la había jugado, pero tantos años después no me acordaba de nada, y ahora estamos con la de Dunwich, en la que de momento llevamos una victoria pírrica y una derrota in extremis, y la verdad es que se nota al pico de dificultad, aunque sigue siendo divertido y de algún modo me reconcilia con el juego. Tenemos Arkham para rato, eso sí.
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