miércoles, 22 de agosto de 2007

Aste Nagusia: día 4

Cosas como ésta acaban en orden de alejamiento


Ayer iba a ser un día tranquilito, no salía casi nadie y quedé con Rubén y Jon para dar una vueltecilla, en plan relajado.

Y todos sabemos cómo acaban estas cosas, que si Rubén tiene unos amigos que también salen, que si unos katxis, y total, acabar volviendo a casa a las 7:30 de la mañana, en un perfecto estado de ebriedad.

Y en el capítulo de "cosas que sólo pasan en Euskadi", la anécdota de la noche, cuando una chica (por supuesto, desconocida aleatoria, no la de la foto, otra) acaba subida encima de mis hombros, a caballo, y la conversación subsiguiente es algo tal que así:

Ella: espero no haberte hecho daño en los hombros con mi peso.
Yo: Qué va, no pesas tanto, además, no conozco a ningún hombre que se queje de tener a una mujer atractiva encima.
Ella: Si me repites lo de que soy atractiva te doy un beso.
Yo: ...eres atractiva... (¿es la opción correcta?
Ella: (efectivamente, me planta un beso en los morros)
Yo desconcertado: Pero chica, ¿a eso le llamas beso? Sin lengua no cuenta.
Ella: Es que ése de ahí es mi marido (efectivamente, de la nada sale un tipo que resulta ser su marido)

Porque la vida es como un sketch de "Vaya Semanita"...

2 comentarios:

A2 dijo...

Veo que lo que no te pase a ti, .......

Y tu que ya te las veías todas contigo. Eso te pasó por olvidarte que te encuentras en Bilbao, jajajajaja

20r3mun dijo...

¡¿Que a un bilbaino le han dado un beso en los morros y no sólo no se ha desmayado sino que ha conseguido articular palabra?! Vamos venga...