lunes, 9 de mayo de 2022

Doctor Strange y el multiverso de la locura

Stephen Strange y la cámara secreta.

Una nueva entrega del culebrón Marvel, con una película que se va directamente a la parte alta de la clasificación, ya que consigue ser divertida de principio a fin, sin tener un solo momento aburrido y expande aún más el concepto del multiverso, todo ello con el sello inconfundible de Sam Raimi, con el que el UCM se atreve a hacer sus pinitos en el cine de terror.

Como de costumbre, es difícil hacer una reseña en condiciones sin hacer spoilers, y yo agradecí mucho llegar a esta película sin que me reventaran nada, pero de todas formas asumo que quien se pone a leer esto es porque o bien ya ha visto la película o bien le dan igual los spoilers, pero si no es el caso, yo dejaría de leer, porque además, más que una reseña al uso va a ser un hablar de cosas que me gustaron de la película. 

Así que,

ALERTA SPOILER

Aparte de la atmósfera tétrica, a la par que colorida que logra, me encantó volver a ver referencias a Wandavision, aunque sea con Wanda en forma de mala de la película (que es algo que ya se sabía pero desvelan muy bien), y me gustan mucho las adiciones de América Chavez (gran fichaje) y la variante de Christine Palmer, que aquí es algo más que un florero bonito. Sin embargo, el verdadero momento aplauso es cuando por fin salen los Iluminnati y podemos ver que recuperan a Anson Mount como Rayo Negro, a Hayley Atwell como Capitana Britania a Lashana Lynch como Capitana Marvel y... ¡John Krasinski como Reed Richards! Pero en mitad del orgasmo visual, una emblemática musiquilla nos anuncia la aparición del gran Patrick Stewart como Charles Xavier, y casi nos saca la lagrimilla.

Pero además de este atracón de fanservice, que por cuestiones de la trama dura poco, nos ofrece escenas maravillosas, como esa pelea de Strange contra su yo malvado, lanzándose notas musicales, que es pura Fantasía. 

Y para rematar, una primera escena postcréditos con la sorprendente y estelar aparición de Charlize Theron como Clea y una segunda que, bueno, Sam Raimi quería hacer un homenaje a su querido Cruce Campbell y ahí está. Habría sido mejor lo de Wong desundo y perseguido por un payaso. 

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