¡Ya no es el edificio de la RAM!
El viernes por la tarde quedo con una amiga para dar una vuelta, y al volver veo que el icónico edificio que durante décadas tuvo un anuncio en su fachada, ahora está en blanco. Se me hace rarísimo no ver el anuncio que en mi niñez veía todos los domingos, cuando volvía con mi padre en coche, de ver a mis abuelos en Indautxu. Como si se hubiera ido un trocito de infancia.
Luego la reunión de las #omicron2023, a ver qué hacemos con ellas (intención hay, y opciones manejamos, pero no será aquí donde anuncie las cosas) y al terminar, aprovechando que estamos en la lonja, pruebo el Mage Knight. Buen juego, pero no es para jugar a tres o más jugadores.
El sábado por la mañana hago básicamente nada, y por la tarde nueva reunión en la lonja, pero sobre la asociación, una cosa más informal que la del viernes, en forma de mesas redondos. Luego cena y probamos el juego de mesa El ansia.
El domingo por la mañana una de pintxopote, tarde de cine con la preciosa El vasco y luego una de enseñar y probar el Azul, antes de huri a casa.
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