sábado, 31 de agosto de 2024

Los anillos de poder

Parte del reparto.

Esta serie llegó con mucho ruido hace un par de años, y parejo a ese ruido fue el batacazo que se pegó en cuanto a la reacción del público, que en general le dio valoraciones muy bajas (y hablo del público normal, no de los ofendiditos que lloran si ven un personaje negro), así que tampoco le hice demasiado caso. Pero ahora se acaba de estrenar la segunda temporada y por puro efecto Streissand me picó la curiosidad, empezando el miércoles la primera temporada, que me he visto en cuatro días.

¿Quiere decir eso que me ha gustado, que me ha parecido buena? A ver, es innegable que sí la he disfrutado, pues de la larga ristra de defectos que se le pueden achacar, el que niego taxativamente es el de que sea una serie aburrida. No me lo ha parecido en absoluto.

Miserias tiene mil. Es inconsistente, poco fiel a los libros (por no decir que mear sobre la tumba de Tolkien sería más respetuoso) y tiene momentos de verdadera vergüenza ajena, abusando muchas veces de los deus ex machinae y con una falta de coherencia narrativa que a veces asusta. El tema de las distancias y las ubicaciones no hay por dónde cogerlo y hay elementos y personajes que parecen importantes para la trama, pero tan pronto como aparecen desaparecen sin rastro. Desde un punto de vista de la narrativa me parece deficiente, pero no es ni por asomo una de las peores series de la historia, como pretenden algunos. Entiendo la decepción y es obvio que no está ni cerca de las expectativas que pudo generar o del nivel que se le supone a un producto tan caro. Pero la nota no es un 0, sino un 4 para algo que debería haber sido de 10. Huelga decir que ni de broma es peor que las películas del Hobbit.

Cosas malas, como comentaba, las tiene a raudales, pero también tiene cosas positivas (o cosa positiva), que es el apartado visual, donde sí que sobresale, regalándonos las imágenes de Valinor, Numenor o Moria cuando era Khazad-dûm (chirría, no obstante lo de poner a señores mayores haciendo de elfo, eso sí). Se nota a dónde se fueron los millones invertidos, aunque apena que no reservaran alguno para guionistas.

La trama no es nada del otro jueves y algunas de las cosas que se supone que deberían sorprender se ven venir a lo lejos, pero me parece que dentro de sus limitaciones, y si solo pretendemos buscar entretenimiento ligero, tan mal no está. A ver qué tal la segunda temporada.

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