lunes, 23 de septiembre de 2024

Crónica de las JO3

Del vivo de Monkey Island. Sí, me disfracé.

Ahora que ya he recuperado sueño y soy persona ya puedo hacer algo parecido a una crónica en condiciones del evento de este fin de semana.

Esto empezaba el viernes, con un tren a las 12 del mediodía. Un tren de tamaño tan exiguo que si se me hubiera sentado alguien delante, literalmente no habría cabido. Por suerte solo me llevaba hasta Miranda, donde tenía que hacer la conexión, tras 45 minutos de aburrida espera, para ir a Valladolid. Casi la lío por no mirar bien el billete pero por suerte consigo remediarlo, de modo que llego a Pucela, donde me recoge el amigo Luisor con la furgoneta y vamos juntos al albergue del evento.

Allí saludos, abrazos, entrego a organización las galletas que les había prometido y me instalo. Cenamos y por la noche la primera partida: Over the garden wall, inspirada en la serie homónima. Charleta hasta las mil y a dormir.

El sábado por la mañana era el main event, el TORNEO NACIONAL DE BALÓN PRISIONERO, una divertidísima mamarrachada en la que los equipos, a lo Pressing Catch, iban con sus disfraces y sus coreografías temáticas. Puro espectáculo, y además, como autodesignado patrocinador del evento, hago entrega al equipo ganador (Piratas) de una caja de mis ya célebres galletas.

Por la tarde una de politiqueo americano con Election Night, donde somos una acaudalada familia americana viendo las elecciones presidenciales de 2008 (esas que pude ver en directo cuando estuve en Washington, por cierto). Por la noche toca hacer el pirata con Monkey Island: Los años de universidad, dando vida al infame pero carismático Lechuck. Acabamos a las mil y monas (y nunca mejor dicho) por lo que la fiesta postpartida acaba siendo breve, sobre todo porque algunos terminan de jugar... a las 7 de la mañana.

El domingo por la mañana relax, charleta, convivencia (que es lo que mola de estas jornadas) y recoger. Comemos, despedidas, ayudar a desmontar cosas y a la furgoneta. En Valladolid aprovecho para tomar unas cañas exprés con Loki y me subo al tren. 4 horas más tarde (porque salió con media hora de retraso) ya estaba en Bilbao, cansado pero feliz.

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