Curioso ver ahí el logo de la Diputación de Bizkaia.
No tengo muy claro por qué fui a ver esta película, ya que el género "posesiones infernales" me suele aburrir bastante. Ah, sí, fui porque tengo el pase Cinesa y me salía gratis. ¡Maldito completismo!
Pero he de decir que sin ser mi película favorita del año (ni siquiera creo que sea mi película favorita de esta semana) me ha sorprendido gratamente, ya que tira por la vía del fantaterror, con un toque que hace que se note que está producida por Álex de la Iglesia (y no solo por la presencia de su muso, Jaime Ordóñez) y un final que puede recordar vagamente a El espinazo de diablo.
Esto va de una parroquia de barrio en la que pasan cosas chungas y se descubre que debajo tiene todo un laberinto, que parece esconder el sello de una puerta al infierno. Así, el grupo de aventureros, compuesto por dos curas y dos monjas (pero con estudios, que una es arquitecta y la otra arqueóloga) se meten en una especie de versión muy chunga de los Goonies.
Cuenta también con escenas de bicho y susto que si bien a veces quedan un poco de porque sí, están logradas y visualmente quedan bien.
No es un peliculón, pero cumple con su labor de entretener.
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