domingo, 17 de febrero de 2019

Hay vida más allá de la reforma (pero poca)

Los jugadores celebrando la victoria, una imagen que me gusta ver.

En esta semana monográfica de destrozar casas, hago un alto en el camino para hablar del fin de semana, en el que he hecho más cosas.

Por ejemplo el viernes por la tarde quedé con unos amigos para ir al mexicano, y aunque luego volví a casa a seguir chapuceando, por la noche tocó juegos de mesa, con la nueva expansión del T.I.M.E. Stories, que en general bien pero con final decepcionante.

La partida duró hasta las 3, lo que hizo que me quedara dormido y a las 9:10 me despertara la llamada telefónica del electricista, con quien había quedado a las 9:00.

Corriendo a la ducha y al piso, a poner cables y seguir quitando papel. Por la tarde más cosas de curro doméstico y por la noche a cenar al Ippindo (¡sushi!).

Domingo por la mañana, pues antes de ir a Miribilla más chapuzas (¡fuera rodapiés!) y luego un partido de baloncesto de lo más plácido, con un rival muy inferior y un holgado 87-59 en el marcador. 

De ahí a casa de una amiga, que nos invitaba a comer por su cumpleaños y estrenar el divertido juego  de cartas Cubo de la Muerte. Luego paseo para terminar en los billares de Deusto (con más victorias que derrotas) y ya a casa.

Esta semana tocará seguir currando en casa. Y en cuanto al otro trabajo, el que paga las facturas... seguimos en la incógnita.

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