viernes, 5 de abril de 2019

Dumbo

Yo nunca vi a un elefante volar.

Dumbo es una de las películas icónicas de mi infancia y había miedo por ver qué hacía Tim Burton con ella, si hacía algo bueno o si por contra se marcaba un Juan Carlos Borbón con el elefantito.

Lo cierto es que me ha gustado, pues es una película que pese a lo simple de la historia (el original no es que dé mucho de sí y no deja de ser cine infantil), divierte y conmueve (confieso haber sufrido una ligera irritación ocular en alguna escena), y el elefantito es lo más simpático del mundo.

Aquí prescinden de hacer un calco de la película original y pasarla a 3D, optando en su lugar por reinventar completamente a Dumbo y ofrecer una visión más "realista" (dentro de lo realista que puede ser un elefante volador, entiéndase) en la que los humanos tienen mucho peso que en la película original, lo que tampoco era muy difícil. Pero me gusta porque conserva la mayoría de los tópicos de la original, y así podemos ver a Dumbo con sus icónicos disfraces, los lisérgicos elefantes rosas, al ratón Timoteo y unas formas muy ingeniosas de meter las canciones del clásico de Disney. Se echa en falta a los cuervos, pero es cierto que su planteamiento racista, producto de su época, hacía que tuvieran difícil encaje.

La verdad es que no esperaba mucho de ella, y diría que cinematográficamente "firmaba un empate", pero me ha sorprendido de forma grata, haciéndome pasar un buen rato en el cine. Tal vez lo que menos me haya gustado es que el villano fuera tan rematadamente inoperante e inepto, hasta el punto de que con que se hubiera comportado como una persona medio normal un par de veces a lo largo de la película, se habría salido con la suya. Que vale, una película infantil, pero no pasa nada por poner un villano capaz de respirar sin cagarse encima.

Pero lo mejor, sin duda, el elefantito. Un auténtico extractor de lágrimas y sonrisas a partes iguales.

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