sábado, 27 de noviembre de 2021

Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City

Staaaaars!

La mejor adaptación que he visto de videojuego a película, así de claro. El trailer tenía muy mala pinta y las expectativas eran muy bajas, pero la verdad es que me he llevado una sorpresa muy agradable con esta película, que se nota que está hecha con muchísimo mimo y amor a la saga de Capcom, y que además funciona muy bien como película de terror y acción para quien no conozca los juegos de los que bebe.

Como ya nos mostraba el anuncio, la historia coge elementos de Resident Evil 1 y Resident Evil 2, con algunas cosas de Code Veronica y nos va contando y entremezclando, con bastante acierto, ambas historias. Cambia cosas, cierto es, y algunos cambios que introduce son de calado, llegando incluso algunas a arquearme bastante la ceja, pero en realidad son cambios que encajan muy bien con el resto. Me refiero, claro está, al origen de los hermanos Redfield, que bueno, no es como en el juego pero tampoco queda mal. Otros cambios, sin embargo, creo mejoran el original, como por ejemplo el personaje de Leon Kennedy, para mí de lo mejor de la película, que a diferencia del del videojuego, este sí me lo creo. Y eso no pasa solo con Leon. También pasa con Albert Wesker, que vale, el de esta película es un personaje completamente distinto al villano de la saga videojueguil, pero pasamos de tener un villano de opereta y jajejijoju a un personaje con unas motivaciones y un comportamiento que para película queda mucho más verosímil.

Y ese es, sin duda, uno de los grandes logros de esta película, que dentro de que es una historia de megacorporaciones y zombis, consigue ser creíble. La forma de actuar de los personajes, exceptuando las necesarias concesiones al peliculeo, te las crees, la forma de actuar de los civiles te la crees y en general todo fluye bastante bien y con sentido. Y hay escenas de acción que verdaderamente consiguen transmitir el caos y la angustia que la situación merece.

Ahora vamos a los zombis, los que para mí tiene un enfoque muy, pero que muy acertado, y que consiguen dar verdadero miedo, más que en la mayoría de películas del género, pues no se limitan a ser esa masa desdibujada de masillas matables, sino que se nos muestra a los zombis como lo que realmente son: humanos víctimas de los experimentos de Umbrella, y gente que está sufriendo. Nos va mostrando el proceso de degradación física e incredulidad por el que pasan, hasta irse poco a poco convirtiendo en los cadáveres andantes que son. 

Vamos ahora al apartado estético, que cuando hablamos de una adaptación de videojuego es importante. A este respecto, me tengo que quitar el sombrero ante los decorados, que nos trasladan a los sitios icónicos como la mansión Spencer o la comisaría de Raccoon City, recreándolos con un cariño que hace que parezca que nos hemos ido al videojuego, y algunas escenas del videojuego no solo las replica de forma perfecta, sino que además consigue que encajen de forma perfectamente natural en la historia, y a veces con ganas de llegar al aplauso. También consigue emular, en general, el aspecto noventero, un poco de serie B, que en realidad tenía el juego original. Pero sin dar vergüenza ajena en la escena introductoria de las montañas Arklay. Por poner alguna pega, es cierto que los diseños de algunos personajes son muy distintos, y puede que hace algunos años me hubiera quejado de esto, pero a estas alturas ya me suele importar menos. Y cogeremos como ejemplo a Jill Valentine, que siendo tal vez lo que menos me haya gustado, la prefiero a la versión de Siena Guillory, que estéticamente clavaba la del juego pero no dejaba de ser un florero muy bonito cuya función en la trama era básicamente estar buena.

Además de todo lo citado, toca decir que es una película con la que me he divertido mucho, pues tiene acción, humor en su justa medida (el jefe de policía Irons tiene momentos estelares), tensión y saber jugar con la incertidumbre de qué cosas serán como la historia que ya conocemos y cuáles no. 

Por último, toca avisar de que tiene una escena postcréditos que abre la puerta a una posible secuela que, viendo lo que han hecho aquí, me encantaría que se hiciera. Porque Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City me ha parecido una carta de amor a Resident Evil. Por fin una película a la altura. 

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