Gru y Gru Jr.
Gru, que ya es un hombre felizmente casado, y que a sus tres hijas adoptivas añade un nuevo bebé, termina metido en una especie de programa de protección de testigos, después de ganarse el odio de un poderoso enemigo.
Este planteamiento no es más que la excusa para estirar el chicle de los minions, ya que la película peca bastante de ser en muchas ocasiones un compendio inconexo de situaciones más o menos graciosas y escenas de relleno, que en realidad suman bastante poco a la franquicia, pero en el fondo entretiene.
Con un villano olvidable, esta etntrega no suma nada, pero tampoco horroriza. Un producto menos, que sirve de pasarratos.
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