El ecuador del año se acerca (y a tenor de estos calores, el fin del mundo), pero como todo domingo, toca reseñar el fin de semana.
Del viernes ya me explayé el propio viernes, en el que fui a las Kimufest de Romo. Luego, como puede intuirse al cine, a ve Padre no hay más que uno 5.
El sábado volvía a Romo, para pasar el día. Por la mañana juegos de mesa (Clank! y Wingspan), dar buena cuenta de unas opíparas hamburguesas y por la tarde una de Pócimas&Brebajes antes de jugar una de rol (Mercado Nocturno de Dyn Singh, para D&D).
Terminadas las jornadas nos recogía el señor tocayo en coche y nos llevaba a Bilbao, donde teníamos cena, en el Himawari. Al terminar intentamos dedicarnos al terraceo, pero como está todo repleto de gente y hace bueno, lo cambiamos por un paseo nocturno en grupo.
Una noche terriblemente calurosa me impide dormir en condiciones, pero al menos me levanto con la energía suficiente para hacer galletas de helado de mango, pues hoyo tocaba partida de Sefall. Fieles a la costumbre, comemos unas pizzas, vamos a la lonja (bajo un calor atroz). Jugamos la partida de Seafall, y con esfuerzo consigo no ganarla (sí, lo he escrito bien). ¡A la siguiente no tendré que ser yo quien lleve las galletas!
Después, como hace un calor terrible y aún era pronto, paso por casa, cojo el bañador y me doy un chapuzón en la piscina.
Eso ha sido todo, me temo que hoy también va a tocar morir de calor por la noche.
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