Otra ciudad alemana que se conoce Jaime Lorente, aparte de Berlín.
Denver, digo Germán, trabaja como taxista para una red de trata de blancas que secuestra a mujeres y las obliga a prostituirse. Allí conoce a Alina, una rumana que en sus ratos libres se pone una sudadera roja en la que pone "Hamburgo", y es lo que le da nombre a la película, aunque no tiene ninguna otra conexión. Si la sudadera hubiera sido de Euskaltel, la película se llamaría "Euskaltel".
Cada uno con sus cosas, ambos quieren abandonar esta vida. Alina porque se ha cansado de las violaciones y las palizas (estas nuevas generaciones, que se ofenden por todo) y Germán, que se ha hartado de ser pobre. Sin demasiada conexión, los dos buscan la manera de salir, pero el foco lo ponen en Germán (que por algo tiene pene) y su plan de atracar a la banda para la que trabaja, pero spoiler: sale mal. Y tendrá que lidiar con las catastróficas consecuencias de su decisión.
La atmósfera está lograda y las actuaciones en general están bastante bien (ahora, que hay escenas en las que Roger Casamajor vocaliza menos que yo cuando hablo bajito, que ya es decir), y deja clara toda la mierda que hay en ese mundillo, sin dulcificar nada de nada. Pero la historia que nos cuenta se va deshaciendo por el camino, como si estuviera flotando a la deriva, y dan pinceladas de tramas secundarias que se quedan en la nada más absoluta, hacia un final que resulta completamente anticlimático y anodino. Tampoco es que sea terrible, pero es un absoluto pan sin sal.
Empieza bien, pero se queda en un aprobado raspado. Un 6, siendo generosos.
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