Pese a que le guardo cierto cariño a la de animación, no me apetecía nada ver esta versión de imagen real, ya que el rádar de películas infames me pitaba al oído. Pero como no tenía nada mejor que hacer me he animado a darle una oportunidad y me alegra ver que mi instinto esta vez fallaba.
Lejos de limitarse a fusilar la historia original, esta versión adquiere su propio toque, con lo que gana personalidad y funciona muy bien por sí misma (aunque se me hace raro lo de que Stitch hable tanto). Consigue ser divertida, sin abusar de las monerías del bicho, emotiva y con algunas escenas trepidantes. Tiene sus momentos valle, en la que se puede hacer un poquito pesada, pero si tenemos en cuenta que no esperaba absolutamente nada de ella, salgo contento. Ciertamente, entiendo el éxito que ha tenido y creo que si la hubiera visto de niño me habría alucinado.
También destaco que me pareció que lanzaba un mensaje muy positivo, y es que es importante cuidar de la familia, pero también lo es cuidar de uno mismo. Que a fin de cuentas, ¿también somos nuestra propia familia, no?
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