Resacón en Maspalomas.
Veamos. Desde un punto de vista cinematográfico la película es tirando a mediocre, con un argumento tontorrón y previsible, un planteamiento nada original y un humor con una brocha a veces demasiado gorda (aunque tiene alguna coña con el postureo hipster que reconozco que me hizo reír). Pero todo eso se puede deducir viendo el cartel y el espectador que vaya sabiendo qué se va a encontrar puede ver una película entretenida y simpática.
La cosa va de un grupo de estereotipadas amigas de toda la vida que se revoluciona cuando una de ellas, concretamente la más seria y responsable, se casa y las demás deciden organizarle una despedida de soltera, pero una despedida como Dios manda, con secuestro y disfraz. Así que se la llevan a Gran Canaria a pasar un fin de semana lleno de desenfreno, alcohol, drogas y chistes de gays, sin que sea ninguna sorpresa que se les acabe yendo todo de las manos.
Como ya he dicho, una película muy tonta, aunque siempre es una alegría para la vista tener en pantalla a Úrsula Corberó y sobre todo a Natalia de Molina. No ganará el Óscar ni el Goya, pero como pasarratos entretiene.
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