Vivo con miedo a que me llame Liam Neeson por teléfono.
"Liam Neeson matando" se ha convertido ya en un subgénero dentro del cine de acción, y esta película, que cumple todos los clichés del género es un buen exponente de ese fenómeno.
Aquí es el antiguo sicario, y amigo, de un poderoso criminal neoyorkino cuyo hijo es un descerebrado que la va liando, y en una de estas comete un par de asesinatos de los que es testigo el hijo de Neeson, con el que lleva años sin hablarse (concepto original nunca visto en el cine de acción: el hijo del protagonista que llama a este por su nombre y nunca "papá"), pero una serie de desafortunados (y violentos) sucesos propician que padre e hijo se vean enfrentados, de la noche a la mañana, a toda la mafia de Nueva York, y de rebote a todo el NYPD, en lo que es un recital de persecuciones (a pie y en coche), peleas, tiroteos, explosiones, malos malosos, sicarios muriendo a puntapala... mezcla en una coctelera todos los ingredientes y mezcla. Adrenalina y previsible entretenimiento. TODOS los tópicos en una misma película.
Para el espectador que busque diversión sin pretensiones es una propuesta perfecta, ya que da exactamente lo que promete. ¿Personajes complejos, situaciones realistas, una trama elaborada y unos diálogos profundos? Ni están ni se les esperan, ya que Jaume Collet-Serra prescinde de todos esos elementos superfluos en aras al más puro entretenimiento palomitero. Y en ese sentido cumple.
No hay comentarios:
Publicar un comentario