Y comimos... a las 20:00.
Ya estoy en casa, o lo que queda de mí. Sin mucho que escribir hoy, a causa del cansancio, ya me explayaré más mañana. Solo decir que hoy el día ha sido básicamente levantarme pronto, desmontar, hacer la clausura, desmontar, desmontar, desmontar y comer a las 8 de la tarde. Con el buen sabor de boca de haber trabajado duro para que 509 personas disfruten de las #omicron2018, pero lógicamente reventado.
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