Cerrando el fin de semana.
Sí, he estado viendo los monólogos de Luis Piedrahita, bastante graciosos por cierto, pero este fin de semana ha estado cargado de actividades, las cuales procedo a resumir, brevemente que a estas horas ya da pereza.
El viernes una de spa, canjeando un cupón en el gimnasio Oreka, en Txurdinaga, con un agradable rato a remojo, protagonizó la tarde.
El sábado fue cosa de la mansión Van Laaden, escenario de una partida de La llamada de Cthulhu que dirigimos ayer con el experimento de usar dos Directores de Juego, a fin de que los personajes pudieran ir libremente de un lado a otro de la casa. La partida empezó a las 5 de la tarde y acabó casi a las 2 de la madrugada (no recuerdo haber jugado nunca una sesión tan maratoniana), por lo que poco más se puede decir del sábado.
Y hoy domingo, primero toca hablar de baloncesto, donde también hubo un monólogo. Concretamente el del Real Madrid, que nos pasó por encima y ganaron por 20 puntos de diferencia. Son mejores, qué se le va a hacer...
También relacionada con el baloncesto, y mucho más agradable, que recibíamos la visita de Elena, nuestra rusa favorita, quien nos hizo de guía en Moscú y que había venido a visitar Bilbao. Con ese motivo, tras el partido hemos ido a comer al restaurante Kasko, y tras una siesta de sobremesa, pues al desternillante show de Piedrahita, con el que me he podido reír de lo lindo.
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