Sol y playa, en grandes cantidades.
Sé que he tenido el blog muy abndonado estos días, fundamentalmente a causa de no haber tenido acceso a Internet, ya que he estado unos días en la cercana castro Urdiales, y que más o menos paso a reseñar:
Miércoles: Calor, mucho calor, hasta 43 grados. A comer a casa de mi padre, y en cuanto terminamos, a Castro, y pocos minutos después de bajar del autobús, ya estaba chapoteando en el agua. y por la noche, descubrimos una pizzería de aspecto truculento pero pizzas deliciosas.
Jueves: Por la mañana más playa, y por la tarde una visita a un vendedor de cocinas, a por el presupuesto (doloroso) y por la noche, cena con mis tíos, también veraneantes habituales en Castro.
Viernes: Quedamos con unos amigos (Tania y Carlos) para ir a la playa y comer, y por la tarde vuelta al vendedor de cocinas, y pasamos a saludar a las jornadas de rol de Castro (las Castrum Draconis)
Sábado: Toca el día friki, acompañado además de un tiempo que no invitaba tanto a ir a la playa. Un par de partidas chorras de juegos sencillos (a las que a la tarde se sumaría una partida de Trivial Pursuit), y para comer una hamburguesa que casi acaba conmigo. Deliciosa pero gigantesca, recomendación de mi compañero de universidad, el señor Bernaola, con quien tuve la suerte de toparme el jueves.
Domingo: Playa, playa y playa. Playa por la mañana y playa por la tarde. Por la noche quedamos para cenar con unos amigos, que nos transmiten la noticia de que ella está embarazada de gemelos (algo sospeché al ver la barriga, pero por si acaso suele ser prudente no preguntarlo directamente, a riesgo de meter la pata)
Lunes: Por la mañana visita a Castrogres, al apasionante mundo de las baldosas de cocina, luego nueva visita al señor de las cocinas, y autobús a Bilbao.
Y ahora un par de días aquí, que el miércoles me vuelvo a marchar, rumbo a TdN.
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