miércoles, 3 de diciembre de 2014

Brownies caseros

Mejor untados en leche.

Como ya adelanté el lunes, el sábado nos pusimos mi señora novia y yo a cocinar algo para el club del libro, y la obra elegida fueron unos brownies marmolados con queso cuya receta saqué precisamente de un libro que ella me había regalado en Navidades (la podéis ver abajo).

El primer paso, obvio, era comprar los ingredientes. Luego buscar un sitio en el que hacerlos (se recomienda una cocina) y ponerse manos a la obra. Para ello, primero había que mezclar la harina con el cacao y la levadura.

El Cola-Cao del pobre.

Mientras uno mezclaba y removía (la receta decía "tamizar") hasta que quedara todo uniforme y sin grumos, el otro fundía en una cazuela chocolate con mantqeuilla (no lo hicimos al baño maría, sino directamente).

En el espacio nadie puede oír los gritos de tus arterias.

Una vez fundida la masa chocolatástica, se mezcla con la mezcla de harina/cacao, igualmente buscando que no queden grumos ni pelotas de harina. Y le añadimos huevos, claro.

Meterlo así al horno: mal.

Esta es una masa de dos colores/sabores. Tenemos la parte del chocolate, ahora hay que atacar al queso. De modo que mezclanos queso de untar (vale el San Millán de toda la vida) con mantequilla (se recomienda calentarla un poco al microondas, o no hay manera), huevos y un poco de harina.

Visto en la foto, parece helado de limón, pero no.

Con esto ya tenemos dos masas diferentes, de modo que las vamos mezclando para hacer una masa más o menos marmórea.

 Sin mezclar demasiado, o simplemente saldrá una de color marrón clarito (que es lo que nos pasó).

Una vez tenemos esto, ya podemos lanzarlo al horno, donde lo tendremos aproximadamente una hora a 180º (para los muy cazurros, esto no significa que haya que dar media vuelta al horno, ni ponerlo al revés, que se cae).

Ahora, a enfriar.

Ahora es el momento de esperar a que se enfríe y cortar en taquitos. Ya tenemos unos ricos brownies. En nuestro caso, tal vez porque usamos algo menos de levadura de lo que deberíamos, quedaron un poco duros y costó cortarlos, pero nada que no solucione una motosierra. Lo importante, es que quedaron ricos, mi señor suegro puede dar fe de ello.

Y aquí está la receta, por si alguien se anima a emularlos:

La receta.

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