miércoles, 20 de septiembre de 2017

Verónica

A grito pelado.

No soy nada amigo del subgénero del cine de terror de posesiones/apariciones fantasmales, pero la presencia en la dirección de Paco Plaza me llevó a darle una oportunidad, y si bien no es una película que me haya entusiasmado, reconozco que se puede ver, y la factura es buena.

Inspirada en sucesos "reales", cuenta la historia de una adolescente que trasteando con una ouija durante un eclipse se trae una entidad sobrenatural que le hará la vida imposible, con truculento resultado.

Lo de los sucesos reales es porque teóricamente, y según el imaginario magufo, sucedió algo parecido en Vallecas a principios de los 90, y los policías que acudieron a la casa firmaron el informe diciendo que habían pasado cosas sobrenaturales (muy de Iker Jiménez todo). 

Sin entrar en eso, con lo que el que escribe viene a ser escéptico, la película está bien hecha y consigue mantener el suspense, con escenas bastante tensas a las que acompañan algunas buenas actuaciones. Me gustó especialmente el trabajo de las niñas, y en especial Bruna González, que ayudan a crear la atmósfera. 

Lo dicho, no es la película que va a hacer que me aficione al subgénero, pero pasa el corte adecuadamente.

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