miércoles, 29 de agosto de 2018

Crónicas Umbras 2018

Hicimos que esto pasara antes de tiempo. 

Semana y pico más tarde voy a escribir la prometida crónica de las jornadas de rol de Huarte, aunque por esto de la no inmediatez tendré que renunciar a una ordenadita relación cronológica de hechos y seré algo más caótico (un poco como lo fueron las propias jornadas, vaya).

La ida y la vuelta en coche, con gente de Abaco. Un coche para ir y otro distinto para volver, que me apetecía estar en Bilbao pronto (y evitarme la ceremonia de clausura, ya de paso). El alojamiento, como todos los años, en el hotel Iriguibel.

De jugar, pues rol en vivo se me canceló la de Grease que tenía que dirigir y en su lugar les ofrecí un pase de 7 años y un día (que me lo convirtieron en una comedia de enredos). Jugué dos; uno que no me gustó nada, con reglas y demás, excesivamente old school y otro en el que representábamos a emisarios de las potencias mundiales tratando de reunificar Alemania en 1961, cosa que sucedió. 

De rol de mesa solo jugué una, de "vikingos" con el sistema de Leyenda de los 5 anillos, que aborrezco, y encima siendo la partida el último día por la noche, el sueño imperaba en la mesa.

Juegos de mesa jugué unos cuántos, aunque no me acuerdo tan bien como para hacer una relación exhaustiva (sí recuerdo que amplié mi triunfal racha de Puerto Rico y Time´s Up), y lo que más hice fue socializar con gente a la que solo veo en jornadas, que al fin y al cabo es a lo que voy a estas cosas.

Para terminar la atropellada crónica, mención a la fiesta, que la hubo, el viernes. Mi garganta acusó demasiado que pusieran Eloise de Tino Casal y Mi Gran Noche de Raphael tan seguidas.

No hay comentarios: