miércoles, 8 de agosto de 2018

Las grietas de Jara

Insípida.

Un estudio de arquitectos recibe una incómoda visita preguntando por Nlson Jara, alguien que pertenece a un pasado que el estudio quería olvidar, y por medio de flashbacks se nos cuenta quién este tal Jara: un vecino de una obra que están haciendo y que sufre unas grietas en su vivienda, de las que se vale para extorsionar y acosar a los arquitectos del estudio. Las dos historias en paralelo nos irán contando qué es lo que pasó con Jara, para llevar a un desenlace un tanto atropellado, confuso y presuntamente sorpresivo.

Esta es la premisa de este thriller argentino que se queda muy desdibujado, sin grandes cosas que ofrecer y al que en nada ayuda la presencia de Santiago Segura, en una de las peores actuaciones que le recuerdo, en la que no queda muy claro si pretende hablar como los argentinos pero con su acento de Carabanchel, y que consigue sacar al espectador de la película cada vez que abre la boca.

Sosa, algo plana y completamente prescindible. Una de esas películas que de aquí a un tiempo probablemente ni siquiera recordaré haber visto.

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