jueves, 17 de enero de 2019

Tiempo después

¡Taxidermia, taxidermia!

Anunciada como secuela espiritual de "Amanece que no es poco", esta película mantiene un tipo de humor muy parecido, con el absurdo y el surrealismo de la mano de unos cultismos impropios del contexto de los personajes (ahí está la coña), aunque sí me daba la sensación de que esta era algo más estructurada, con una historia más ordenada.

El planteamiento es futurista, en el año nueve mil y pico, con la sociedad dividida entre la gran torre de los que tienen empleo y el campamento de los desempleados, y la armonía (que casualmente viene bien a los acomodados) se rompe cuando uno del campamento quiere vender limones en la torre y se lo impiden, pues dejaría de estar parado y se desnaturalizaría. Y ese conflicto termina por desembocar una guerra, cuyo resultado no cuento, por no hacer spoilers.

Un humor en ocasiones impredecible, que a ratos me sacó la carcajada, una crítica mordaz, en  unas ocasiones más sutil que en otras, al capitalismo, y un buen elenco actoral hacen de esta una película interesante. Ojo, siempre que se sepa lo que se va a ver, pues el humor de José Luis Cuerda es muy peculiar, y quien vaya esperando algo más convencional puede salir espantado del cine.

Respondiendo a si es una digna secuela de Amanece que no es poco, diré que la disfruté más, aunque es cierto que la otra me pilló de sorpresa y con fiebre, que lo mismo no era el modo óptimo de verla.

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