viernes, 25 de enero de 2019

Traslado forzoso

Así de "voluntario".

Ayer fue un día de mierda. Lo que debería haber sido un día feliz por la compra de piso se vio ensombrecido por lo ocurrido en el trabajo, y es que me tengo que ir, contra mi voluntad, de mi actual puesto de trabajo a otro peor. 

El mismo día en el que firmaba la escritura de la compra de un piso que elegí básicamente porque estaba al lado de mi centro de trabajo me comunican que tengo que irme a trabajar a la otra punta de la ciudad, al último sitio al que quiero ir.

Concretamente, dentro del mismo proceso en el que el viernes me habían dicho que yo me libraba, llamándome ayer para decirme que se habían equivocado y la baremación estaba mal hecha (en un proceso en el que lo han hecho TODO mal), de modo que no solo no me libraba sino que me quedo el último para elegir destino.

Esto viene de un proceso de reasignación de efectivos, contra el que nada hay que objetar. Es así, es legal y es coherente, vale. Cero quejas. Ni puta gracia, pero cero quejas, es lo que hay. Las quejas son por las formas, porque nos hayan estado ocultando información (cuando no mintiendo directamente a la cara) y tratando como si fuéramos imbéciles, o directamente mobiliario de oficina. 

Ayer estaba hundido, con una mezcla de rabia, impotencia y sobre todo pena por tener que dejar un sitio en el que he estado tantos años tan a gusto, pero también con la decepción de algunos jefes a quienes tenía por compañeros y no han sido capaces de dar la cara por sus decisiones.

Me tengo que ir, eso ya es inamovible, pero puede que tenga una posibilidad para librarme de un destino que no quiero para ir a otro que, siendo peor que el que dejo, es mucho mejor que el que me va a tocar, si bien no quiero lanzar campanas al vuelo. Informaré.

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