lunes, 30 de agosto de 2021

Space Jam 2: Una nueva era

Warneriza como puedas.

Uf... A ver, ya había algo que me decía que no me iba a perder nada si no la veía, y algunas voces del trailer me terminaron de ver las ganas, pero como soy así de tonto terminé por ir a verla. Error.

Aquí procedería compararla con su antecesora, pero estamos hablando de una película que apenas recuerdo, por lo que me tengo que fiar más de las sensaciones que de mi memoria. Sé que con la otra salí mucho más contento del cine, sin la impresión de haber visto un peliculón, pero habiendo pasado un buen rato y tarareando su musiquilla (de hecho, el Pump it up es mi melodía de móvil desde hace años), pero aquí... igual si hubiera visto esta con 18 años y la otra con 43 pensaría distinto, pero me quedo de calle con la de Michael Jordan, que no Michael B. Jordan. 

Si en Space Jam la excusa para el partido era una invasión alienígena, aquí tratan de enrevesarlo un poco más, con un malvado e histriónio algoritmo, al que da vida un Don Cheadle que no parece saber dónde metere, y gran parte de la película consiste en reunir al equipo, y aquí me parece muy afortunada la crítica que leí, que comparaba Space Jam 2 con una spoof movie, que va metiendo chistes de distintos géneros, en este caso de películas de la Warner, de la que a veces esto parece un catálogo de "mirad qué grande es nuestro... catálogo". 

La película en general, se me hizo muy ñoña, con algunos chistes sueltos de vez en cuándo, pero muchas veces con momentos de vergüenza ajena, y algunas cosas, como la caracterización del público en el partido, simulando ser malos de películas, que parecía de serie B o de fiesta de disfraces de barrio. Y en vez de poner tanto el foco en el baloncesto, se centra mucho en los dimes y diretes familiares de Lebron con su hijo, el poder del amor, el sé tú mismo en la vida, etc. Es verdad que a Lebron se le ve más suelto ante las cámaras que a Jordan, pero el de los Bulls se limitaba poco más que a jugar a baloncesto y James se suelta algo más.

Otros detalles que no me hicieron mucha gracia fueron que durante parte de la película se renunciara a la animación tradicional en favor de una animación por ordenador en 3D, que está bastante conseguida, pero a los Looney Toons creo que no les pega y sobre todo, la carencia de un secundario con la carisma del irrepetible Bill Murray. Aunque eso ya lo sabíamos, claro.

Pero en resumen: una película que no pensaba ver por la chapuza del doblaje y al final, de entre las cosas que no me han gustado, esa casi es la que menos me ha importado.

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