lunes, 11 de marzo de 2024

Resident Evil 3: Remake

Nemesio, el acosador.

El remake de Resident Evil 2, que ya comenté por aquí, me pareció una obra de arte, y por eso mis colmillos se afilaron cuando supen que le tocaba el turno al 3, aunque se me enfriaron bastante los ánimos cuando empecé a ver la lluvia de críticas negativas aue le caían, de manera que se quedó en el banquillo. Pero recientemente me decidí por fin a jugarlo, y si bien no es ni de lejos tan bueno como el remake del RE2, me parece que con sus taritas es un juego muy disfrutable.

Al igual que el RE3 original, este es un juego muy cortito, pudiendo fulminar la historia principal en poco más de 8 horas, y es le pasa como al original, que perfectamente podría haber sido un DLC. Pero vamos a comentarlo, que es lo que toca.

Me lo he pasado muy bien jugándolo, y eso suma mucho, pero también es verdad que falla miserablemente en su objetivo de dar miedo. Y ese es su mayor defecto, que su villano, Nemesis, lejos de inspirar el terror que inspiraba en su versión de Playstation, aquí transmite una sensación de hastío, de "joder, ya está otra vez este pelma dando por culo, a ver si se muere de una vez", pasando de ser esa amenaza constante y soprpresiva a un rutinario asunto de trámite. Debo decir que lo he jugado en fácil, y que el nivel de desafío resulta ridículo por inexistente, aunque jugarlo en modo difícil solo me habría aportado morir más veces y tener que repetir más veces cada cosa, con más sensación de rutina que de tensión.

Tampoco ayuda mucho que el otro villano, Nikolai, resulte ser una suerte de Wesker de Mercadona, con motivaciones un tanto ridículas y una enorme etiqueta de "malo genérico" pegada en la frente, que ofrece algún que otro momento interesante, pero da para lo que da.

Aceptando que esto tiene más de superproducción de acción que de película de terror, toca hablar de las cosas buenas, que también las tiene.

Además de que, como dije, es muy divertido de jugar, nos permite volver a lugares que visitamos en el remake del 2, y las partes en las que manejamos a Carlos Oliveira, al que consiguen dotar de bastante carisma, están francamente bien. Y aunque es verdad que el juego no da miedo como tal, sí que en algunos momentos de lucidez consigue transmitir una sensación de agobio y acoso de los zombis, que es algo muy del género. Gráficamente, por supuesto, un deleite para los sentidos, como vienen siendo todos los productos de la franquicia.

En definitiva. Aunque es una pieza menor dentro de la franquicia (también me lo pareció en su momento el RE3 original), creo que es un título que merece la pena ser jugado, y que no es ni mucho menos el despropósito que algunos habían pintado. Nemesio suspende con deshonor, cierto, pero el juego en su conjunto merece la pena.

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