viernes, 23 de mayo de 2025

Misión Imposible: Sentencia Final

Dejen su cerebro a la entrada.

Cuando en 1996 Brian de Palma y Tom Cruise nos presentaban la adaptación al cine de Misión Imposible (con bastante poco que ver con la serie homónima, por cierto) no sabíamos que estábamos ante el nacimiento de una de las sagas más icónicas del cine de acción del cine del siglo XXI. Yo salí entusiasmado del cine, aunque el batacazo de la catastrófica secuela me hizo desencantarme del todo. Pero volví al redil y hace un par de años me puse al día para ver Misión Imposible: Sentencia Mortal, primer acto de su desenlace, que concluye en esta Sentencia Final.

¿Qué puedo decir de esta película? Un argumento que no hay por dónde cogerlo (¡hay que evitar que ChatGPT se haga con el control de la Wikipedia!) y fantasmadas que resultan irreales hasta para los estándares de la franquicia (¿que Ethan Hunt tiene que subir nadando a pelo desde el fondo del mar? ¡Lo hace! ¿que tiene que saltar sin paracaídas desde un biplano en marcha? No veo el problema!) y el superpoder de la casualidad alcanza cotas que son ridículas. Pero cumple en lo más importante, y es que es divertida de ver. Dura casi tres horas y no se hace pesada en ningún momento. Si acaso alguna escena se estira un poco de más, pero es una película muy disfrutable. Eso sí, me mató que fuera a la vez de día en Sudáfrica y de noche en toda Europa, pero eso es culpa mía por dejarme el cerebro puesto.

Una mamarrachada absoluta sí, a varios niveles, pero de alguna manera un broche de oro para un Ethan Hunt al que, con todos su más y sus menos, echaremos de menos. Pero esta entrada no se autodestruirá en cinco segundos.

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