jueves, 18 de septiembre de 2008

Memorias de un ex-demandante de empleo. [IV]

Medidas propuestas ante la carestía del ladrillo

Otro trabajo que rechacé (y es que han sido unos cuántos, pero porque me ofrecían cada chufa que...) es esta oferta que me hizo salir corriendo en dirección contraria, aunque debo decir también que me alegro mucho de haber acudido a la entrevista, por motivos que más adelante explicaré.

Tecnocasa

La situación laboral era chunga, yo quería hacer algo, y empezaba a rebajar cada vez más el listón, así que, aunque no me parecía algo maravilloso, me apunté a una oferta de Tecnocasa y acudí a la entrevista. Allí, la chica que me atendía me empezó a cantar maravillas de la empresa, que son un grupo líder, que son la repera, que no existe empresa más fuerte en el sector... Y bueno, debido a experiencias anteriores, ya desconfiaba de que en una entrevista trataran de venderme la moto a mí.

Al menos en ésta van al grano desde el principio, y me explican que el horario es de 9 a 2 y de 4 a 8, con un sábado de cada dos (¿pero la esclavitud no fue abolida?) y también me comenta las condiciones económicas; un fijo de 600 (o 500, no recuerdo seguro) euros brutos, más comisiones. Una miseria, vamos.

El trabajo, por lo que me cuenta, básicamente consiste en ir gitaneando (ésa es la palabra que usó) por la calle, fijándose en los pisos que están en venta, y tratar de captar al vendedor para que haga las gestiones con Tecnocasa. "Hola, buenas, he podido observar que usted vende un piso, ¿le interesaría darme parte de lo que saque por él?"

La oferta, sobre todo por la parte de trabajar casi 50 horas semanales por 500 euros al mes, digamos que no colma mis expectativas económicas, y cuando así se lo hago constar me empieza a hacer el cuento de la lechera, que las comisiones son altas, que los pisos se venden a precios muy elevados (hablamos de la época del apogeo de precios en la vivienda) y que el mes que vendo un piso ya me voy a los 1200 euros, si vendo 2 estaríamos hablando de más de 1800, y si vendo 3 pisos... Yo, ignorante de mí, pensaba que no era tan fácil, pero por lo que me contaba la chica, la gente compra y vende pisos como quien compra paquetes de pipas. Así y todo, la perspectiva de hipotecar mi futuro en un trabajo como ése, pudiendo ganar lo mismo y con menos presión vaciando camiones o repartiendo pizzas, hace que rechace la oferta y le diga el consabido, "bueno, la oferta a priori me interesa, pero estoy mirando otras cosas, pero si finalmente me decanto por la vuestra ya os llamaré yo". Y salí de ahí huyendo despavorido, y dando la mañana por perdida.

Pero a veces el Karma nos guarda sospresas positivas (aunque luego el cabrón de él se las cobre), y según bajaba hacia casa (podría haber cogido el metro, pero me apeteció ir andando) fui interceptado por dos señoras que me preguntaban si tenía 5 minutos para hacer una encuesta. Sí, sin problema. También me preguntan si tengo 45 minutos para otra encuesta más larga. Eso ya me parece excesivo, pero me dice que dan 10 euros por contestar a la encuesta.

No resultaba muy creíble, pero tampoco tenía demasiadas cosas mejores que hacer, y por probar que no quede. Así que acepté, y me llevaron a un local con ordenadores, donde tuve que responder a una encuesta sobre DVDs, que me llevó entre 40-45 minutos que al acabarla, y como prometieron, me entregaron un sobre con un billete de 10 euros dentro. ¡Yuhu, dinero gratis!

Así que, extrapolando, lo de la encuesta me supuso el equivalente a 14-15 euros por hora de trabajo, cuando para ganar eso en Tecnocasa, habría tenido que tirarme unas 5-6 horas pateando la calle. Lástima que no existiera la opción de estar de 9 a 2 y de 4 a 9 respondiendo encuestas. Hoy sería rico.

1 comentario:

Kurace dijo...

Mi hermano estuvo en Tecnocasa un mes. Y sinceramente, fue algo que digamos no fue nada agradable.

Lo de un sábado sí y otro no se convirtió en un sábado sí y otro también. Y aparte, que tenía que ir de puerta en puerta a darle la revista de Tecnocasa (sí, a puerta fría como se denomina), con las reacciones diversas desde cerrar la puerta de golpe en sus narices hasta insultos y demás.

Y una vez, buscando un cliente que quería comprar un local, mi hermano tasó la casa por un precio más o menos normal, pero va la encargada y sube el precio una burrada. Y mi hermano pensando "Bien chatica, acabas de quitarte a un cliente de en medio". Huyó despavorido.

Se fue a ING y aunque no era un trabajo agradable (asaltar a las personas para intentar tener la cuenta naranja), se cobraban comisiones y muy buenas, por cierto.

Saludos.