Buddy y su familia.
Kenneth Branagh se lanza a la carrera de los Oscars con una película más o menos autobiográfica, en la que nos habla de sus recuerdos en el convulso Belfast de finales de los 60.
Es una película sobre todo costumbrista, que recrea muy bien esa época (visualmente nos traslada muy bien), pero que no deja de ser una sucesión de cosas que pasan, sin llegar a contar realmente nada. Tiene algunas escenas muy dignas, y algunos recursos narrativos muy interesantes, pero realmente carece de un hilo conductor que terminara de captar mi interés, y habla de muchas cosas (la tolerancia, la amistad, la familia, el arraigo, su pasión por el cine y el teatro...) pero no se enfoca en ninguna, con lo que se queda en una sucesión de pinceladas sobre lo que fue la infancia del director.
Entiendo que era esto lo que buscaba Branagh, pero es una propuesta que no me ha terinado de cautivar, y que incluso a ratos me llegó a aburrir.
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