Pequeña pila de libros.
La despedida no es porque fuera fin de fiestas sino porque ayer despedíamos a Joan, que tras su periodo de entrenamiento de 4 años en Bilbao se vuelve mañana a su Barcelona natal, y siendo miembro del club del libro, aunque ayer apetecía más quedarse en casa, usamos nuestras últimas energías postfestivas para reunirnos.
Y con la excusa hacer lo que solemos hacer: compartir libros y comida. De comida destaco la enorme y deliciosa galleta, tamaño bandeja, con trocitos de chocolate y los hojaldres de salchicha con queso.
De libros, que algo hay que decir, yo devolvía el divertidísimo Azazel y los cuentos de Beatrix Potter, aportando como novedades "Mentir es encender el fuego" (novela del vizcaíno Francisco Panera) y la distopía "Un mundo devastado", que ni recordaba que lo tenía, y que como me lo devolvieron ayer. aproveché para prestar en el club.
En cuanto a las cosas que me llevé, pues la verdad es que traje bastante pero eran casi todo devoluciones. Para ller yo cogí Memento Mori y el cómic Los hombrecitos, acompañados por los recuperados La última legión, algunos números de Monster, ¿Quién le zurcía los calcetines...? y el infumable Cruzada Secreta, que acabó directo en el contenedor azul. Más un par de kilos a cuenta de las galletas, como siempre.
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