jueves, 9 de junio de 2022

Todo a la vez en todas partes

El título es literal.

Esta es una película de esas que resultan difíciles de clasificar y en las que es mejor ir al cine sin haber leído ni la sinopsis. Ese fue mi caso, y la verdad es que la disfruté muchísimo (más la primera mitad que la segunda), aunque sí que es verdad que habría agradecido un punto de menos de psicodelia (se pasa demasiado), y también se excede con lo grotesco (dedos y salchichas, quien la haya visto me entenderá). 

¿La recomiendo? Como digo arriba, a mí me gustó, y tiene un mensaje muy bonito sobre el amor, sobre las cosas que de verdad importa y sobre lo que significa pasarnos la vida pensando en cómo podrían haber sido las cosas si hubiéramos actuado deuna forma distinta. Pero tambén es una película muy rara, y no tengo claro que sea para todo el mundo.

Entrando en el terreno de los SPPOILERS, la película empieza con lo que parece el relato costumbrista de un matrimonio en crisis (tanto económica como familiar) de inmigrantes chinos en Estados Unidos, hasta que pasa algo y se empieza a revelar una trama de realidades paralelas que ríase usted del multiverso de la locura del Dr. Strange, y lo que empieza como una película de ciencia ficción relativamente normal, se transforma en un torbellino de ideas excéntricas mezcladas en la coctelera de lo barroco, aunque con unos personajes sólidos que hace que sea imposible no conectar con ellos (especialmente el personaje de Wayan, al que da vida Ke Huy Quan, que así leído puede no sonarnos mucho, pero la cosa cambia si digo que era el actor que de niño dio vida a los inolvidables Tapón y Data en Indiana Jones y los Goonies) y sus relaciones. 

No es, ni mucho menos, una película perfecta (algunas cosas personalmente me sobraban), y entiendo perfectamente que habrá gente a la que le haya parecido una auténtica basura, pero lo que no se puede negar es que es una película muy audaz.

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