La saga que nadie pidió y nadie echará de menos.
La primera de Venom fue atroz y la segunda solo era mala, pero mala al fin y al cabo, de modo que iba al cine sin esperar absolutamente nada de ella. Y bien que hacía, pues esto era la previsible patochada sin sentido, con un argumento que no hay por dónde cogerlo y momentos de vergüenza ajena. Pero también hay que decir en su defensa que salvo en la escena final no me he aburrido, y posiblemente me haya resultado la menos infame de las tres, así que ni tan mal.
Esto empieza con una escena que invalida por completo la prometedora escena postcréditos que tanto me gustó en Habrá matanza, donde lo mejor es la aparición de Cristo Fernández, el entrañable Dani Rojas de Ted Lasso (no siendo el único representante de esta serie, pues también es Juno Temple), así que mal. Luuego nos presentan al villano de la película, el malvado Knull (que está bastante bien hecho, todo hay que decirlo), que tiene que cazar a Eddie Brock porque patata y manda unos bichos llenos de dientes cuya perceción y ferocidad fluctúa a conveniencia de la trama.
Un par de escenas de Brock y Venom haciendo el tonto en el desierto y en Las Vegas, con momentos verdaderamnte bochornosos y otros que sí tienen su cierta gracia y termina todo en el área 51, que va a ser abandonada pero tiene un laboratorio secreto, convenientemente repleto de simbiontes. Por sucesos que no me voy a molestar en relatar aquí, Brock y Venom terminan metidos en es laboratorio, hay palos a tutiplén y un final "dramático" que se veía venir desde el título de la película.
Final agridulce, una escena postcréditos que todos sabemos que no nos llevará a nada y a casa.
¿Es la menos mala de la tres de Venom? Probablemente. ¿Es una patochada ridícula? También.
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