lunes, 22 de septiembre de 2025

Crónica de las JO4

Haciendo el gangster.

Toca reseñar estas jornadas, un fijo en septiembre, y empiezo con el viernes.

Con la mochila inusitadamente cargada (disfraces y galletas, es lo que tiene) cogí el autobús a las 11 de la mañana, pero en vez de la estación de Avenida América mi destino era el aeropuerto. Allí había quedado con unos amigos de Almería que también venían a las jornadas. A todos juntos ya, nos recoge Lady María, lidiamos con el kafkiano sistema para salir del parking del aeropuerto y terminamos comiendo en el centro comercial que estaba al lado de casa de María (nos habría salido mejor, sobre todo a ella, ir en taxi desde el aeropuerto).

Ya comidos, nuevamente al coche y por fin estábamos en San Rafael. Nos acreditamos, saludamos a todo el mundo (¡abrazos por todas partes!) y tomo posesión de mi cama. 

Después cena, ceremonia de apertura y... ¡a jugar! El viernes toca Intra Rock, un festival de música en el que doy vida a Juxema, un trasunto de Joxemi, de Ska-P (en la partida Ke Les Jodan). Muy divertida la parte de representar el concierto.

El sábado por la mañana era EL evento. El torneo de balón prisionero, del que yo era patrocinador, pues uno de los premios era (otra vez) una caja de mis galletas, a las que esta vez hasta les había hecho caja.

La sorpresa eran cromos deluxe, con los participantes del año pasado.

Por la tarde otra partida, pero esta vez dirigía yo. Un nuevo pase de El amor encuentra su sitio, en el que era algo escéptico con la sala que nos habían dado, pero mi ayudante en la dirección hace su magia y consigue convertir la sala casi en un teatro de verdad, lo que ayuda a que la partida salga a las mil maravillas. La noche es para el noir, y es que ahí jugaba The smoke and the dead, una historia de mafiosos y detectives en Los Angeles en los años 30. Como indica el nombre de la partida, mucho humo y muchos muertos (la mitad provocados por mi personaje).

Terminada la partida, un poco de cancaneo y a dormir.

El domingo por la mañana es básicamente desayunar y charleta. Me quedo a la ceremonia de clausura pero no a la comida, ya que mi Blablacar salía a las 15:30 de Madrid, de modo que despedidas y abrazos, me acercan a Madrid. Como algo rápido, espero a mi coche y a las 15:29 ya estábamos en marcha. La parte mala es que nos comemos un atasco gordo en Briviesca que nos tiene casi media hora parados, la buena que no pasa de ahí, de modo que a las 20:30 o así ya estaba en casa: duchado, cenado y sobre todo cansado.

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