martes, 30 de septiembre de 2025

Una batalla tras otra

El cartel engaña mucho.

Con ese título uno podría pensar que esto es algún tipo de película bélica, repleta de escenas de acción y tiros en la que Di Caprio es algún tipo de duro mercenario, al estilo de Diamantes de Sangre, pero nada más lejos de la realidad. Tiros y acción hay, tranquilos, pero no son el motor de la película.

En líneas generales nos habla del 75 francés, una organización terrorista que lucha contra las injusticias del Estado en los EEUU y de lo que pasa con sus miembros después de que cierto suceso les lleve a intentar llevar una vida relativamente normal. Concretamente Di Caprio es un padre que tiene que compaginar su pasado con la crianza de su hija y ciertos tambores del pasado que retumban a su puerta.

Con casi tres horas de duración, consigue no hacerse pesada, ya que es fascinante de principio a fin, y lo que en otras películas me suele parecer un defecto (el final es como esas despedidas a la española en las que cuando parece que te vas resulta que sigues un rato) aquí es virtud, ya que quieres seguir viendo cómo continúa, y a última media hora es una sucesión de escenas de las que cualquiera podría haber sido un buen cierre.

A una historia interesante, con muchísimas escenas que son oro puro (todo lo concerniente a la burocracia telefónica de la organización es deliciosamente delirante) hay que añadir una buena galería de personajes, coronada por ese gran villano que nos construye Sean Penn.

Había leído críticas que ponían a esta entre las mejores películas del año y una vez vista he de decir que no son en absoluto descabelladas. Muy buena.

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