miércoles, 8 de septiembre de 2010

Excusas graciosas, errores imposibles.

No he podido aportar la documentación, se la comió mi perro.

A veces en el trabajo, sobre todo cuando uno trabaja con público, tiene que lidiar con excusas de lo más variopintas con las que a veces los usuarios tratan de justificar incumplimientos o actividades irregulares o presuntamente irregulares, y sin entrar en si son verdad o mentira, la verdad es que algunas provocan la risa.

Y más allá del clásico "dejé el trabajo porque era muy duro" (normal, mejor cobrar sin trabajar) o "dejé el trabajo porque me cambié de casa" (y yo soy tan tonto que seguí trabajando cuando me mudé) tenemos de hoy el "no puedo sellar la tarjeta del paro porque tengo que llevar a los niños al colegio" y "a mi edad ya no estoy para trabajar" (37 años tenía).

Pero la que me ha robado la carcajada ha sido el escrito que rezaba:

"El titular manifiesta que por error dio de alta en el empadronamiento a dos amigos".

Claro, por error. Y es que, quien más quien menos, ¿a quién no le ha pasado lo típico de ir a comprar el pan, liarte y acabar en el Ayuntamiento? Y para cuando te quieres dar cuenta, has empadronado a un par de señores en tu casa. Un fallo bastante corriente. Además, yo tengo por costumbre ir por ahí con el DNI original de mis amigos, y de vez en cuándo ya me pasa, que los empadrono en mi casa sin querer. Un fallo lo tiene cualquiera.

Aunque la otra teoría que podríamos barajar es que este señor se fue de juerga con sus amigotes, y que a las 8 de la mañana, como quien se hace un tatuaje, o una foto de fotomatón, se fueron a las dependencias municipales a empadronarse.

Quién sabe, igual esto de empadronarse es como en Las Vegas, donde la gente se casa sin querer.

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