jueves, 10 de abril de 2014

Noé

¿Qué diluvio ni qué hostias? ¡Esto es un sirimiri, pues!

Toda una clase de teología e Historia, fielmente documentada y con trazas de verosimilitud. Si es lo que buscas, te has equivocado de sala de cine. Si lo que quieres es despliegue de medios y escenas espectaculares, donde primen los efectos sobre la coherencia, puede que esto tenga más interés.

El argumento, que en muchas partes no se sostiene ni con pinzas, puede alegar en su defensa que la fuente de la que bebe tampoco se sostiene demasiado, más allá del "lo hizo un mago". ¿Esto es una película sobre el antiguo testamento, vale? Y así, podemos evitar que el final dé tanto la risa como pueda darla.

Pero vamos por partes, y con muchos spoilers. Al principio estaba la nada y Dios, que se aburría, decidió crear el mundo (con sus galaxias, sus sistemas solares y sus documentales de Cosmos), creando ángeles y después humanos. Entre los humanos estaban Adán y Eva, y sus tres hijos; Abel, Caín y Set. Hasta aquí, lo que todos sabemos. También nos cuentan que Caín mató a Abel (aquí a pedradas, lo de la quijada de burro les parecía poco cool) y se fue a hacer turismo a Oriente. Allí se encontró con unos robots de piedra, que eran realmente ángeles caídos.

Cortinilla de estrellas y nos explican que las estirpes de Set y de Caín fueron dominando el mundo. La estirpe de Caín, malos y pecadores por un lado, la estirpe de Set (estirpe unifamiliar, a juzgar por la película) más virtuosa. Pero a palos entre ellos siempre.

Y palos es lo que da Noé, amante de los animales, a unos cainitas que se encuentra a los que mata por matar a un perro-armadillo. Aunque también es posible que influya un cierto resquemor debido a que mataran a su padre siendo él un niño.

Pero la vida de Noé transcurre de forma más o menos plácida, con una esposa que no envejece nunca y unos hijos con cara de niña. Así hasta que tiene un sueño raro, en el que hay sangre en el suelo y animales buceando, y se va a ver a su abuelo Matusalén a las tierras yermas. Pero cuando están yendo, les persiguen unos cainitas malos (valga la redundancia) que han matado a la madre de un bebé, que resulta ser Hermione Granger, y bueno, salva a la niña y se introduce en las tierras chungas. Ahí, salen unos robots de piedra (los amigos de Caín, un par de párrafos más arriba) y le salvan, de forma que puede visitar a su abuelo, Matusalén. De paso también le explican que son ángeles caídos, y que los humanos son una cosa mala para el planeta, por lo que Dios quiere recortar en personal.

Cuando llega a donde Matusalén, este le da una semilla con la que plantar un bosque y Noé vuelve a tener esos sueños, cada vez más nítidos: debe crear un arca y juntar bichos, ya que serán el legado cuando Dios se cargue a la Humanidad. [NOTA: Estoy siendo completamente caótico y desorganizado al contar la película, lo sé] Total, que ayudado por los robots de piedra, Noé se pone a construir el arca en el bosque. Entre tanto, su hijo mayor ya es un hombre hecho y derecho, y Hermione ya es la Hermione jamelga, pero como es estéril, pues eso que se ahorran en condones. Mientras tanto, el hijo mediano atraviesa una dura adolescencia, viendo cómo su padre tiene a Jennifer Connelly, su hermano a Emma Watson y él... la bodega de un arca llena de ovejas. Y su tercer hijo, Japhet, que a la postre será el ganador moral de la película, se pasea por ahí sin decir nada.

Lo del arca llena de bichos en medio de un bosque que antes no existía, no tarda en llamar la atención de los cainitas, que se acercan en tropel al arca (excusa perfecta para que se produzca una batalla entre golems, humanos y un señor con una escopeta. Sí, he dicho un señor con una escopeta), después de que Noé demuestre que le importa un pito la vida humana ("morid, morid de hambre, que yo tengo aquí un barco lleno de potencial comida") y empiece a llover. A llover, a llover mucho, casi parece que están en Bilbao.

Marijaia bera, gure Marijaia!
 
Pero volvamos un par de escenas antes (se me había olvidado mencionarlo y me da pereza reescribir el párrafo), cuando Hermione, tristona porque no va a poderle dar hijos a su novio (si queda sexista, las quejas a los Apóstoles, que son los que escribieron la Biblia) se va a visitar a Matusalén, que como tiene superpoderes, le concede el regalo de la fertilidad, de forma que con el regalo de la fertilidad recién adquirido, Hermione viola vilmente al hijo de Noé (al mayor, el otro está enfurruñado porque a su novia y única opción de no morir virgen la pilló un cepo para osos). Como es de prever, Hermione se queda embarazada, lo que trastoca los planes de Noé, que quería que la humanidad fuera exterminada. Y claro, si los humanos se reproducen, no hay manera.

Así que Noé decide lo siguiente: si es nieto, ya se morirá de viejo, y si es nieta, pues a la churrera con ella. Por desgracia, en alta mar no hay instituciones psiquiátricas en las que internar a un perturbado tan peligroso, así que tienen que convivir con él, ya que lo de razonar no funciona.

Podría parecer que tienen una forma de librarse de Noé, ya que el loco de la escopeta se coló en el barco (y durante ese tiempo se alimenta de carne, extinguiendo varias especies animales en el proceso) y está a punto de librar al mundo de tan peligroso criminal como Noé, pero este es una máquina de repartir palos, y además cobra sueldo de protagonista, por lo que es previsible el resultado.

Volvamos a la trama del embarazo de Hermione. Viendo que no consiguen convencer a Noé para que ceje en su chaladura, y lo de reducirlo tampoco es una opción, intentan largarse en patera, pero Noé lo descubre y le pega fuego "he dicho que me cargo a mi nieta y me la cargo" (mientras pone cara de "si en el fondo no quiero").

Noé, el auténtico Trolldad.

Y claro, la risa es cuando Hermione da a luz y nacen... ¡gemelas! Pues nada, doble trabajo. A pesar de que su mujer le chantajea "¡Noé, como mates a tu nieta, duermes en el sofá!", le suplica o intenta engañarle, Noé va con su firme propósito y un cuchillo hacia sus nietas, mientras Hermione se lo toma con resignación.

Pero Noé, que no es malo, solo un pobre loco, se arrepiente en el último momento y deja que las niñas sobrevivan, coincidiendo con que llegan a tierra firme y se asientan ahí. Noé recapacita y ve que la misión que le habían mandado no era arrasar la Humanidad, sino quedarse con lo bueno que hay en ella y repoblarla otra vez cuando las gemelas sean mayores.

Japeth grita: ¡bingo!

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