Os echaré de menos.
De esta serie ya hablé hace casi 5 años, sin ser tan consciente de que iba a convertirse en una de mis series de referencia, o tal vez sí. Lo que está claro es que se ha ganado un huequecito en mi corazón, y me deja una sensación de hueco ahora que se ha terminado. Además, en esos 5 años mi vida ha cambiado bastante, mucho, en el terreno sentimental, y a mejor. Pero no he venido a hablar de eso, sino del final de la serie.
Las primeras temporadas eran geniales, hasta que allá por la 4ª empezó a dar coletazos y a perder calidad, con una 5ª temporada bastante mediocre, una 6ª que sobrevivía a base de destellos y unas temporadas 7ª y 8ª más que mejorables, en las que el único aliciente era seguir viendo las andanzas de unos personajes que ya resultaban demasiado cercanos como para no saber de ellos. La 9ª y última temporada era una apuesta algo más arriesgada, y aunque ha sido muy criticada, a mí me ha gustado bastante, sobre todo en su segunda mitad, donde apostaban por un toque algo más emotivo (soy un moñas, qué se le va a hacer), hasta llegar al último, donde en algunos momentos costaba no emocionarse.
¿Pero es bueno el final? Sí y no. Veamos, es bueno porque se nota que estaba bien pensado desde el principio de la serie, y porque además da sentido a ciertas cosas. Es bueno porque toca la sensiblería y regala escenas que no por previsibles dejan de ser tiernas como Barney abrazando a su hija o lacrimógenas como la triste muerte de la mujer de cierto personaje. Y sobre todo porque consigue esa sensación de despedida, con unos compañeros de un largo viaje, a los que no vas a volver a ver.
Por otra parte, el capítulo final de la serie es bastante malo, pues es narrativamente caótico, con cosas forzadas y en general chapucero. Pero creo que en este caso lo bueno compensa lo primero. Y no creo que nadie se ponga a ver este capítulo sin haber visto los anteriores.
Atrás se queda esta serie que, como ya he dicho alguna vez, es a veces una lección de filosofía de la vida, y sobre todo son esos entrañables personajes a los que hemos visto reír, llorar, reñir, enamorarse, ilusionarse, emborracharse... y todo porque Ted decide contar en 9 largas temporadas algo que podía haber contado en 5 minutos.
¡Gracias Ted Mosby, y hasta siempre!
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