Einen deliciossen codillen.
A falta de ideas mejores, la idea recurrente de usar el blog como si fuera mi diario (oh, wait) y narrar el fin de semana. Empiezo, como suele ser, con el viernes y una cena de cumpleaños en el Lúpulo, con buena comida y buena cerveza (para quien le guste, que yo la odio), seguido de unos copazos en el Churchill (el señor ese del puro que decía cosas de fascistas futuros, según Internet), pero sin prolongar demasiado la jarana, que el sábado había jornadas, Campos de Marte, en la lonja, y estaba de co-organizador.
Por la mañana una visita a la lonja para ver que todo estaba en orden y una visita al mercado romano de Basurto (valiente estafa de mercado romano, que no vendían esclavos) y después de comer a la lonja, que me tocaba dirigir mi partida de Cultos+Ministerio. Por la noche, aunque había partidas (y con la euforia de la victoria del Bilbao Basket en Valencia) nos vamos a tomar unos vodkas al Rasputín, más o menos hasta las tres.
Hoy domingo, paseíllo, visita a la exposición de objetos cotidianos que monta la Caixa en el parque de Doña Casilda, otra de motos Vespa que hay en Zubiarte y después de comer y echar la siesta, paseo dominical por Arangoiti, antes de ir hacia el cine a ver Sicarivs, de la que, cosa habitual, ya hablaré mañana.
Y eso ha sido más o menos mi fin de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario