Los jugadores celebrando la victoria, algo que ya no estaba acostumbrado a ver.
Desde el 18 de marzo. Esa fue la última vez que salí contento de Miribilla, pues aunque sí he visto alguna victoria entre medias, no fue en domingo y aunque ha habido alguna victoria en domingo, yo no estaba. De hecho, llevaba creo que desde abril sin subir a ver un partido.
Y aunque se ha ganado, mentiría si dijera que ha sido un partido tranquilo. Se ha ganado al Palma, sí, pero ha costado entrar en el partido, pues tras el intercambio inicial de canastas ellos se han ido adelantando hasta conseguir ventajas de hasta 12 puntos (me suena un 18-30), pero por suerte la sangría se ha parado un poco y al descanso hemos ido solo 7 abajo, lo que viendo el percal era algo casi positivo.
Tras el descanso, por suerte, la historia ha sido otra. 5 minutos de intercambio de golpes y al Palma se le han acabado las pilas. Entonces el -7 ha pasado a ser un +7 y la dinámica parecía presagiar un final de partido muy plácido. De hecho, el último cuarto ha sido de rodillo, y cuando quedaban 5 minutos para terminar el partido, la ventaja era de 14 puntos para Bilbao.
Sin embargo, se han alineado los astros, y con un 0-10 en un par de minutos, el Palma ha vuelto a meterse en el partido, y los nervios sobrevolaban Miribilla. La moneda, no obstante, ha salido cara, la mano no ha temblado en la lotería de los tiros libres y la victoria ha llegado en forma de 77-71, aunque es cierto que tras haber ido 14 arriba, termina sabiendo a poco.
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