Anne Hathaway, en su salsa.
Un remake de una película que no vi (empezamos bien) adapta un libro que no he leído (venga, dale), lo que me obliga a juzgarla como película y no como remake ni adaptación (aunque aquí mi señora, que sí ha leído el libro, le da el visto bueno), y como tal es una entretenida película de fantasía y aventuras, infantil pero nada ñoña, de hecho, algunas escenas me parecen un traumatizaniños de manual, pero también con momentos muy tiernos y emotivos.
El argumento, muy de cuento, va de unos niños a los que unas brujas pirujas (a las que solo les falta la escoba) convierten en ratones, y con la ayuda de la abuela de uno de los niños las tienen que derrotar, provocando todo tipo de situaciones trepidantes y caóticas. Una historia simple, pero no exenta de sorpresas argumentales.
Visualmente muy lograda, con unas maravillosas transformaciones de las brujas (aquí iría el chiste de que hacen que parezca que Anne Hathaway tiene boca de tamaño normal) y unos ratoncitos muy expresivos, así como un apartado sonoro, con los efectos y la música, de bastante alto nivel.
Teniendo en claro lo que es, una película infantil, me ha parecido una propuesta adecuada para una tarde de sábado.
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