sábado, 25 de enero de 2025

Flow, un mundo que salvar

El gatete.

Un precioso salvapantallas de hora y media, y esto no lo digo necesariamente como crítica negativa, pues Flow busca y consigue (al menos conmigo sí) epatar con su belleza visual y su estilo único, sin contarnos en realidad gran cosa.

Va de un gato. Podría acabar ahí la sinopsis, pero me voy a extender un poco más. Va de un gato que vive en un mundo en el que ya no hay humanos y tiene que buscar la manera de sobrevivir cuando todo empieza a inundarse, siendo la película sus aventurillas, su relación con el mundo y con los demás animales, que podría haberse alargado o acortado media hora y la película seguiría igual.

Pero no es esta una película que busque narrar una historia compleja, más allá de las metáforas que me haya podido perder, sino que es mostrar el día a día de su personaje y, la verdad, esto está logradísimo, pues el gato se mueve como un gato y se comporta como un gato. Salvamos las partes en las que, por el bien de la historia, se humaniza un poco más, pero te crees 100% a ese gato.

Sin embargo, tampoco renuncia a ser una película de dibujos animados y un gato de dibujos animados, ya que tiene un estilo muy peculiar, que puede no gustar a todo el mundo. A ratos más parece un videojuego al que a veces le baila la tarjeta gráfica, ya que la nitidez y perfección de los paisajes contrasta con animales a los que parece que se hayan olvidado de dar una última textura. ¿Es esto un problema de falta de medios o es un efecto deliberadamente buscado para dotar al minino de una mayor expresividad, de la que habría carecido con un aspecto más hiperrealista?

 ¿Me acordaré de ella en el futuro? El tiempo lo dirá.

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