Gran interpretación de Maia Zaitegui.
¿Qué nos venden? Una comedia familiar tontorrona y buenrollista, repleta de Paco León haciendo monerías.
¿Qué es en realidad? Eso de arriba, pero también un dramón que si bien intenta dejar un regusto bonito, tiene un final que puede ser demoledor.
Remake de la mexicana "No se aceptan devoluciones", nos cuenta la vida de Leo, un vividor que se pasa los días de fiesta en fiesta en una vida que para él es idílica en un chiringuito de Gran Canaria hasta que un día, sin comerlo ni beberlo, se encuentra con que tiene que vivir en Bilbao y hacerse cargo de un bebé que por lo visto es suyo y al que la madre ha decidido abandonar con él sin avisar (género: cine de terror).
Si los personajes de la película se comportaran como personas medianamente funcionales la trama se habría resuelto en cinco minutos, pero es que entonces no hay película, así que astracanada tras astracanada van pasando los años y el inevitable conflicto surge cuando la madre reaparece para hacerse con la hija, incluso aunque sea pasando por un proceso judicial que... vale, vale, ya sé que es ficción.
La película, de la que no esperaba gran cosa y la vi un poco por ver, ya que el tema no me llamaba demasiado, reconozco que tiene su encanto y además sabe ser bonita dentro de tanta tristeza, y funciona mucho mejor cuando deja las gracietas a un lado (pese a que el trailer es prácticamente lo que vende).
Y está rodada en Bilbao, que siempre es un plus.
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