sábado, 29 de marzo de 2025

Tierra de nadie

 
Nada que ver con las jornadas de Mollina.

Con una pinta muy buena, un escenario atractivo y una factura técnica bastante buena en cuanto a fotografía y ritmo, acompañada por unas buenas actuaciones, esta película es un buen ejemplo de que todos esos elementos son importantes a la hora de hacer una buena película pero resultan insuficientes si no acompañan a una historia bien contada. Tierra de Nadie me parece un bonito envoltorio que en realidad contiene poca cosa.

Nos traslada a la zona del Estrecho y el submundo del narcotráfico y el crimen organizado, donde Luis Zahera es Mateo, un veterano capitán de la Gaurdia Civil, que mantiene una buena relación de amistad con Antxale (Karra Elejalde), un narcotraficante teóricamente retirado y Benito, un arreglador-confidente-chapucero-no queda muy claro qué. Y el equilibrio se complica cuando aparecen nuevos actores en escena; una peligrosa banda mexicana, que puede hacer tamblearse el equilibrio. Metemos de por medio un valioso cargamento perdido, algún policía a sueldo del narco y ya tenemos los elementos para hacer un buen guiso. O no, porque la historia queda tremendamente deslavazada, hasta el punto en el que a veces las cosas tienen tan poco sentido que cuesta seguirla, y la credibilidad cede demasiado terreno a la espectacularidad. Y es verdad que esto nos ofrece escenas muy potentes, como la del camión en la autopista o el tiroteo en la casa abandonada, pero a veces tan extremadamente irreales que me sacaban de la película. Algunas incluso ridículas, como la juez de instrucción, cuya explicación para dejar en libertad al detenido por intento de asesinato de un policía es (literal) "que su abogado era muy caro".

Por cosas como esta me temo que es difícil dar a esta prometedora película una nota que supere el 5 raspado. No es un desastre y desde luego que no aburre, pero no me ha dado lo que yo le pedía.

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