Wahlberg haciendo lo mismo de siempre... ¿o no?
No tenía esta película en el rádar (badum, chas), pero a falta de nada mejor que hacer me metí a verla. También porque tenía pinta de ser una película de acción en aeronave, subgénero que me encanta, y efectivamente es eso. Aunque no es la típica película de avión secuestrado sino que tira hacai el thriller. Y quitando algunas cosas que son un poco ridículas lo hace bastante bien.
Esto va de una agente de los Marshall que tiene que escoltar a un detenido (el contable de la mafia que va a testificar contra su jefe) de la Alaska profunda a Anchorage, acompañados por el piloto (Mark Wahlberg), pero algo pasa (viene spoiler) al descubrirse que este es en realidad un sicario. Primero lo descubre el detenido, pero como está incomunicado no puede hacérselo saber a la marshall, y eso da para algunas escenas muy tensas, que además a mí me han pillado de sorpresa (ventajas de no haber visto el tráiler). Cuando salta la liebre y el conflicto queda abierto la cosa sigue estando bastante interesante, aunque es verdad que la tensión depende demasiado de que los protagonistas tomen un par de decisiones estúpidas (a ver, cariños míos, si reducís al malo no lo dejéis sin vigilar) pero que gracias a ella tenemos una amenaza latente, lo que unida al ligero inconveniente de que ninguno de ellos sabe pilotar (bueno, el piloto, pero lo de que los quiera matar no ayuda), tenemos una película bastante solvente, en la que queremos en todo momento saber por dónde va a tirar.
Tiene esos detalles de las idioteces de los personajes, que a veces me sacaban un poco de la película y algún diálogo un poco ridículo, pero en general la película cumple y pese a ser bastante previsible en su segunda mitad a mí me ha funcionado.
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